BRIOCHE DE NARANJA Y CHOCOLATE





Las masas son mi debilidad y pese a que aún por fechas no acompaña entrar en la cocina con rodillo en mano y amasar, yo he decidido sucumbir a esta tentación aparcada de hace tiempo.
Pues bien, hoy os traigo un riquísimo brioche, tierno, aromático con su naranja confitada, agua de azahar y con algunas calorías más de la cuenta...pero que sería de los gimnasios si no hubiese excesos?? jajajaja
Pues manos a la obra y a darle forma a este rico manjar, que en menos de lo que pensáis lo tendreis listo para disfrutar.


INGREDIENTES

600 gr. harina de fuerza.
130 gr. de azúcar.
110 gr. de zumo de 1 naranja (o agua, leche o nata líquida).
40 gr. de agua de azahar o anís dulce.
20 gr. de levadura fresca prensada de panadero.
130 gr. de mantequilla en trozos a temperatura ambiente. 
4 huevos.
Una pizca de sal.
50 gr. de naranja confitada en trocitos. 
Ralladura de una naranja.
100 gr. de pepitas de chocolate.
1 huevo para pintar el brioche.


PREPARACIÓN

En un cazo calentamos los líquidos (zumo de naranja y agua de azahar) a 37º , es importante hacer uso de un termómetro de cocina para no excedernos en la temperatura y no degradar la levadura, ya que no acabaría haciendo su función correctamente.
En un recipiente amplio y hondo disponemos la ralladura de naranja, la mantequilla en trocitos (importante que esté a temperatura ambiente para que pueda diluirse al máximo) la levadura desmenuzada y con una mano lo mezclamos todo bien, insistiendo en los trocitos de mantequilla y levadura mientras con la otra mano aguantamos el recipiente.
Añadimos los huevos batidos, el azúcar y la naranja confitada. Seguimos mezclando bien hasta que el azúcar se disuelva ligeramente.

Una vez mezclado añadimos la pizca de sal y la harina, mezclando de nuevo con la mano hasta que la masa ligue perfectamente y se desprenda de las paredes del molde. Esto será en pocos minutos y sin necesidad de hacer demasiado esfuerzo, todo y que aconsejo que la masa la amasemos con energía dentro del bol para airearla, siempre es un punto positivo para un resultado esponjoso.
Si tenéis la opción de hacer este paso con una amasadora os asegurareis de airearla bien sin necesidad de cansaros.

Dejamos reposar la masa bien tapada con film transparente y un paño de algodón sobre él sin presionar, en un lugar cálido y sin corrientes de aire (muy importante este punto, ya que una corriente de aire no permite subir la masa).
Dejaremos subir la masa hasta que doble su volumen (en verano será mucho más rápido, en una hora o algo menos estará lista, en invierno habrá que dejarla almenos un par o tres de horas).

Una vez la masa está lista para ser trabajada, la sacamos del bol y la colocamos sobre la mesa o el mármol de la cocina enharinado. Dividimos la masa en dos partes iguales (o bien podemos hacer dos brioches, en ese caso dividiremos en 4 porciones iguales).


                   


Realizamos dos (o cuatro cilindros si optamos por uno o dos brioches) de la misma longitud y los aplanamos ligeramente para poder colocar las pepitas de chocolate en su interior.










Una vez repartidas las pepitas de chocolate a partes iguales (y guardando unas cuantas para decoración) enrollamos la masa sobre sí misma para obtener de nuevo un cilindro pero relleno.
Sellaremos bien la puntas ejerciendo un poco de presión y evitar que se abra o salgan las pepitas.




Una vez enrollados los cilindros los juntamos uno al lado del otro y presionamos ligeramente las puntas para que no se desprendan a la hora de manipular. La zona sellada la pondremos hacia abajo para que no se vea o se pueda abrir al hornear.
Enrollamos los dos cilindros sobre sí mismos obteniendo uno solo con forma trenzada.






Una vez trenzados haremos un rosco y sellaremos los extremos e intentamos dejarlos hacia abajo por el mismo motivo que hemos hecho anteriormente. 
Dejamos levedar (fermentar) el rosco sobre un papel sulfurizado y colocado sobre la bandeja que llevaremos más tarde al horno. Lo dejamos crecer de nuevo hasta que doble su volumen, forrandolo con papel de hornear y un paño de algodón fino sobre este. Tendremos en cuenta nuevamente que el lugar de reposo ha de ser cálido y que no haya corrientes de aire, yo lo coloco dentro del horno apagado.




Precalentamos el horno a 180º.
Una vez que el rosco está bien gordito y el horno a la temperatura adecuada, pintamos con huevo batido y decoramos con unas pepitas de chocolate anteriormente reservadas.




Colocamos con cuidado de no dar golpes, la bandeja en el horno en la posición inmediatamente por debajo de la mitad pero no a ras de suelo. El hecho de no dar golpes es porque las masas corren peligro de bajarse y quedar apelmazadas una vez finalizda la cocción, por tanto hay que tratarlas con mucho mimo.
Horneamos entre 15-20  minutos ya que va en función de cada horno. En mi caso la altura utilizada es la que os comentado anteriormente y lo dejo alrededor de 17 minutos, pero para acertar os recomiendo que a los 15 comprobeis con la ayuda de una espátula si el suelo del brioche está dorado.
Si es así y la superfície también está dorada y si al golpear ligeramente con una espátula sobre el brioche, su sonido es hueco, esto es signo de que está bien cocido.
Hay que ser prudentes con la cocción ya que si nos pasamos quedaría seco y en un día la consisténcia sería algo más apelmazada.





Una vez horneado nuestro brioche lo sacamos del horno y lo dejamos enfriar sobre una rejilla en alza y sin corrientes de aire.







Cuando haya enfriado lo cubriremos bien con papel de plata y dentro de una bolsa de plástico anudada para que no entre aire y se endurezca. De esta forma lo podéis conservar hasta el día siguiente si es que eso es posible jajajaja, en caso de consumirlo de seguida, lo podeis acompañar con un café, leche, zumo o lo que más os guste...
Os garantizo que está rico rico y es de lo bueno lo mejor!!!

Buen provecho!!!!