ALBÓNDIGAS CON SEPIA





Esta tarde me he inspirado a hacer este plato cuando pensaba en el clásico "mar y montaña". Es una versión bastante más rápida de realizar y con un resultado delicioso...la combinación perfecta de dos sabores tan opuestos como lo son el de la tierra y el mar, eso sí, con un resultado perfecto...


La receta está adecuada para 4 personas.

INGREDIENTES

1 sepia grande o 2 medianas.
1 cebolla grande.
2 vasos de salsa de tomate casera.
1 puñado de guisantes frescos (opcional).

Para las albóndigas
200 gr. de carne de ternera picada.
200 gr. de carne de cerdo picada.
1 huevo.
2 dientes de ajo grandes.
50 gr. de miga de pan.
1 vaso de leche (puede ser vegetal).
Harina (para enharinar las albóndigas).
Agua.
Aceite de oliva.
Sal.
Pimienta.
1 bolsita de azafrán molido o azafrán en hebra (al gusto).
Perejil.

Para la picada
1 diente de ajo.
Un puñadito de avellanas.
2 o 3 rebanadas de pan (de barra).
Un chorro de vino blanco.
Aceite de oliva.
Sal.
Perejil picado.



PREPARACIÓN

Ponemos el pan a remojar con la leche y lo reservamos.
Troceamos la sepia en trozos un poquito grandes y la ponemos en una cazuela con un chorrito de aceite para dorarla. Troceamos la cebolla en trozos medianos y la añadimos a la cazuela dejándo que se poche a fuego medio con la sepia.
Una vez la cebolla está tierna, vertemos el tomate frito y un poquito de agua para que no quede demasiado espeso. Dejaremos cocer hasta que la sepia se vaya volviendo tierna.

Mientras tanto nos pondremos a hacer las albóndigas mezclando la carne de ternera y de cerdo en un bol. Salpimentamos al gusto y añadimos el perejil picado, el huevo ligeramente batido, el azafrán, la pimienta molida, la miga de pan remojada en leche y el ajo picadito.
Mezclamos bien todos los ingredientes y procederemos a darle forma a las albóndigas, que no han de ser demasiado grandes.

Rebozamos las albóndigas en harina y las freímos en una sartén con abundante aceite a fuego medio. Una vez fritas y escurridas las incorporamos a la cazuela con la salsa y las cocinamos a fuego lento unos diez minutos aproximadamente. Transcurrido el tiempo añadimos los guisantes (si hemos optado a añadirlos) y dejaremos cocer unos ocho minutos más para que se hagan perfectamente.

Para el majado freiremos los trocitos de pan en aceite bien caliente, los retiramos una vez dorados y los dejamos escurrir en papel absorvente. Freímos las avellanas y las colocamos en un mortero junto con el pan frito, el ajo, el perejil y un poquito de sal. Machacamos bien los ingredientes y finalmente verteremos un buen chorro de vino blanco.

Incorporarmos el majado a la cazuela y dejaremos que cueza unos tres o cuatro minutos para que mezclen los sabores. Taparemos bien y dejaremos reposar cinco minutos antes de servir.
También quedan perfectas si se hacen de un día para otro e incluso si queremos congelar una ración para días más tarde, cualquiera de las opciones son buenas.

Deseo que os guste mi receta, es bastante sencilla de realizar y su coste es económico...eso sí, quedareis como unos reyes o reinas si os atrevéis a hacerla...
Buen provecho!!!


















LECHE FRITA






La leche frita es un postre tradicional presente en el recetario de nuestras madres y abuelas gallegas, muy utilizado en fiestas de Semana Santa.
Recomiendo que se consuma templado y no frío ya que su textura es más suave y fina.
En cada casa se le da un toque diferente en función del cocinero/a, pero el resultado siempre es el mismo, es decir, exquisito!!!
El secreto de este postre es sin duda su sencillez y el hecho de utilizar ingredientes de primera calidad le da el toque estrella por exceléncia.


INGREDIENTES

Para hacer la leche frita:

400 ml. de leche entera.
35 gr. de harina de Maizena.
80 gr. de azúcar.
La cáscara de un limón.
Un palo de canela.

Para el rebozado:

Harina.
Huevo batido.
Azúcar.
Canela en polvo.


PREPARACIÓN

Hay dos trucos para que nuestra receta salga exquisita.
En primer lugar hay que preparar la leche con mucho sabor, muy aromatizada y para poder conseguirlo hemos de infusionar el azúcar con el palo de canela y 300 ml. de leche.
Cuando comienze a hervir, apagamos el fuego (y damos paso al primer truco para conseguir un sabor concentrado) tapamos el recipiente, dejándolo reposar de 15 a 20 minutos.

Trascurrido el tiempo colamos la leche infusionada y la reservamos.
Seguidamente en los 100 ml. restantes de leche (que habremos dejado en la nevera para que se mantenga bien fría) disolvemos la harina de Maizena asegurándonos de no dejar ningún grumo.
Vertemos la mezcla sobre la leche infusionada, colocamos el recipiente en el fuego y removemos bien todos los ingredientes hasta que estén bien integrados.

Pondremos de nuevo al fuego el recipiente, hemos de tener presente que la temperatura ha de ser muy suave para evitar que se espese la mezcla demasiado deprisa.
El segundo truco es el siguiente, el hecho de cocinar la mezcla a fuego muy suave sin dejar de remover, hará que consigamos que la harina se cocine bien y obtenga mejor sabor.
También evitaremos que se agarre la crema en el recipiente, arruinándonos el sabor. Transcurridos unos 20 minutos de cocción, nuestra mezcla estará en su punto (si observamos algún grumito podremos pasarle la batidora para poder afinarla).

Volcamos la crema en un recipiente rectangular y un poco alto, cubriendo con film transparente y asegurando que este queda en contacto con la superficie para evitar que genere "costra". (Es conveniente que no sea muy largo el recipiente para asegurarnos a la hora de cortar la masa que nos queden porciones un poquito gruesas)

A continuación colocamos la crema en la nevera y la dejaremos enfriar durante 4 horas o bien es preferible dejarlo de un día para otro.
Una vez fría la masa, la cortamos con un cuchillo en porciones cuadradas o rectangulares (podemos mojar con agua la hoja del cuchillo para que deslize mejor a la hora de hacer el corte).
Pasamos las porciones de masa por harina, huevo batido y seguidamente las freiremos en una sartén con aceite abundante y bien caliente. A medida que vayamos retirando las porciones de la sartén, las depositaremos sobre papel absorvente para eliminar el exceso de aceite y una vez templadas las rebozamos en azúcar y espolvoreamos con canela.

Espero que os guste, buen provecho!!!














BUÑUELOS DE SEMANA SANTA





Creo que mi amiga la báscula y yo no nos vamos a ver en unos cuantos días...hoy no ha habido freno, comida familiar típica de estas fechas con las recetas de mi madre que tanto añoras a lo largo del año y que cuando llega el día no puedes parar de comer...esos garbanzos con bacalao, ese delicioso arroz con leche y canela, uuummm...y llego yo para rematar con unos buñuelos tiernos como la espuma a los que nadie se ha podido resistir, en fin, un atracón del cual he salido pensando en no querer comer el resto del año...
Pese a todo he tenido la fuerza suficiente para compartir con vosotros estos trocitos de cielo que se dejan comer solitos!!!
Podéis optar por añadir anís, pero os puedo asegurar que sin él estan tremendos!!!


INGREDIENTES

300 gr. de calabaza con piel y sin semillas.
125 gr. de harina.
1/2 cucharada de levadura Royal.
2 claras de huevo.
2 yemas de huevo.
Ralladura de medio limón.
1 cucharada colmada de azúcar moreno.
100 ml. de agua.
Una pizca de sal.
Aceite de oliva para freír.
Azúcar y canela para rebozar.
(opcional, 4 cucharadas de anís dulce).


PREPARACIÓN

En primer lugar y con unas horas de antelación, asaremos la calabaza en el horno a 180 grados hasta que esté bien blandita. Una vez hecha la retiramos del horno y la dejamos enfriar.
Si no tenéis tiempo para asar la calabaza en el horno, la podréis preparar en 12 minutos aprox. al microondas a 800 W, tapada y cuando esté blandita se saca y se deja enfriar un poco. Quitaremos la piel y chafaremos la carne. Es importante dejar escurrir la pulpa de la calabaza en un escurridor para que pierda la máxima cantidad de agua mientras se va preparando el siguiente paso.

En un recipiente tamizamos la harina con la levadura, haremos un hueco en el centro y pondremos las yemas, el azúcar y la ralladura de limón. Mezclamos bien los ingredientes con una espátula y seguidamente se añade el agua, removemos bien y reservamos la mezcla.

En otro recipiente montamos las claras a punto de nieve con una pizca de sal, ayudándonos con unas varillas eléctricas.
Añadimos la carne de la calabaza (y el anís, si habéis optado añadirlo) al recipiente de la harina y mezclamos bien con ayuda de las varillas, seguidamente volcamos las claras montadas con ayuda de una espátula y realizando movimientos envolventes para evitar que se bajen e integraremos bien todos los ingredientes. Reservamos.

Ponemos una sartén con aceite abundante al fuego y cuando esté bien caliente añadiremos cucharadas de masa, con mimo y delicadamente para que nuestros buñuelos salgan redonditos.
Freímos a fuego medio-alto durante unos minutos hasta que estén doraditos.
Los iremos retirando de la sartén y los colocaremos sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
Una vez estén todos los buñuelos fritos y escurridos, los pasaremos por un bol con azúcar y después los espolvoreamos con canela, colocándolos finalmente en la bandeja que los vayamos a servir.

Lo importante es no comerlos en caliente, pero yo no pude evitarlo jejejejeje...os recomiendo muchísimo que los preparéis. Estos buñuelos sin anís son muy apropiados para las fechas del Día de Todos los Santos y con anís en cualquier momento... así que os podréis dar un homenaje dos veces al año como mínimo con muy buena excusa!!!
Buen Provecho!!!

PATATAS A LA SUIZA O "ROSTI"




Esta receta originaria de suiza, es excelente para combatir los fríos y duros días de invierno. También es conocida como "rosti", un antiguo desayuno consistente para los granjeros de la zona y actualmente se ha convertido en una de sus recetas más tradicionales.

El elemento común del "rosti" son las patatas raspadas y suavizadas con mantequilla, pero dependiendo de las preferencias regionales se han añadido otros ingredientes como el jamón, queso, ajo, manzanas, hierbas o vegetales frescos (se deberían añadir cuando alternemos las capas de queso, y patata, es una forma de darle un toque de distinción sin necesidad de variar en exceso la receta original).
Lejos ya de las frías y nevadas montañas centro europeas, os voy a presentar esta receta que es muy versátil, la podréis acompañar con carnes, pescados e incluso sola con un buen vino blanco de matiz afrutado.


INGREDIENTES

1 kilo de patatas.
250 gr. de queso Gruyere rallado.
4 huevos.
1/2 litro de crema agria o nata líquida (se puede usar vegetal de soja o cualquier otra).
Mantequilla o Aceite
Pimienta.
Sal.

PREPARACIÓN

Pelamos las patatas (en la receta original son ralladas gruesas) y las cortamos en rodajas finas.
Freímos las patatas en el aceite (en mantequilla en la receta original) a fuego medio y cuando estén bien doradas las sacamos a un plato con papel absorbente. Reservamos.

En un bol ponemos los huevos con la leche agria (o nata líquida) la sal y pimienta, lo batiremos bien con la batidora y reservamos.
En una fuente de horno alternamos una capa de patatas y otra de queso rallado, así hasta acabar los dos ingredientes pero finalizando con una capa de patatas.
Cubriremos la fuente con la mezcla de huevos y nata reservada, la verteremos encima de las patatas y seguidamente la colocaremos dentro del horno a media altura, con calor arriba y abajo.
Dejaremos hornear durante 40 minutos aproximadamente (hemos de asegurarnos que el huevo está bien cuajado).
La superficie de patatas ha de estar bien doradita, sino es así podremos poner un poquito el grill a modo fuerte y tostar a nuestro gusto.
Una vez horneado retiramos y dejamos templar unos 5-6 minutos aproximadamente antes de servir.

Espero que os haya gustado, como podéis comprobar no tiene demasiada complicación, además que podréis poner en marcha vuestra imaginación y variarla al gusto con las opciones que os he dado al inicio de la receta.

Buen provecho!!!