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CREMA DE CALABACÍN Y GUISANTES






De nuevo aquí con otra de mis cremas, este otoño me ha dado por ellas más que nunca...pero que puedo decir, son ricas, nutritivas, sencillas y se agradecen mucho con el frío.
El clásico calabacín del cual poco os puedo contar que no sepáis ya, es muy versátil y para muestra un botón, agradecido por la multitud de variantes que acepta, tanto en cremas, sofritos, salsas, quiches, etc...
Pues una de sus posibilidades os la dejo aquí, que seguro que todos los de casa agradecerán, la podéis consumir recién hecha o de un día para otro si es que no ha volado en un solo día.
Sin más preámbulos empezamos a hacer esta deliciosa cremita con guisantes, he de decir que me ha inspirado una bloguera a la cual sigo desde hace tiempo (Su) y en honor a ella he decidido hacer la receta de hoy...vamos allá!!!



INGREDIENTES

1 kg. de calabacines.
250 gr. de guisantes congelados (en plena temporada podemos hacerlo con frescos que están mucho más buenos).
1 puerro.
1/2 cebolla grande.
1 zanahoria mediana.
1 patata.
6 cucharadas de aceite de oliva.
Sal.
Agua o caldo de verduras.

Para decorar

Berberechos al natural.
Picatostes.
Aceite.


PREPARACIÓN

Lavamos y pelamos las verduras a excepción de los calabacines, los troceamos en daditos medianos y reservamos.
En una olla ponemos el aceite a calentar e iremos añadiendo las verduras por turnos para rehogarlas. Comenzaremos con el puerro y la zanahoria, daremos unas vueltas durante un par de minutos con la cuchara de  madera y añadimos la patata, los calabacines y la cebolla, siguiendo el mismo proceso anterior, rehogamos bien durante un par de minutos a fuego medio con cuidado que no se quemen. Por último echaremos los guisantes congelados, que no será necesario descongelarlos, sazonamos y daremos unas vueltas más.

Llegado este momento añadimos el agua o caldo de verduras (que tengamos guardado en la nevera o congelador) con mucho cuidado de no superar el nivel de los ingredientes de la olla, es más acertado que quede un centímetro aprox. por debajo ya que el calabacín tiene mucha agua y quedaría excesivamente caldoso.
De todas formas no os preocupéis, ya que retiraremos un poco de líquido de la cocción antes de triturar y si es necesario añadirlo más tarde lo haremos.
Llevar a ebullición a fuego medio y dejar una media hora más o menos de cocción hasta que estén tiernas todas las verduritas. Comprobaremos si lo están y si fuese necesario dejarlo un poco más pues lo haremos hasta que estén en su punto ideal.

Retirad de fuego y con un cucharón extraemos un poco de caldo y lo reservamos, mejor curarnos en salud como he comentado anteriormente.
Pasaremos la mezcla por el pasapurés para obtener una crema bien fina. También tenéis la opción de hacerlo con la batidora si disponéis de poco tiempo. Pero las dos opciones son válidas.
Probamos y rectificamos de sal si es necesario. En caso de que haya quedado muy espesa, es momento de añadir un poquito de caldo de la cocción reservado hasta dejarla con la densidad justa acorde a nuestro gusto.

Opcionalmente se le puede añadir unas gotitas de limón a la crema para acentuar su sabor, yo por norma no suelo hacerlo ya que me gusta así, tal cual, que está muy rica.
Para decorar tenéis la posibilidad de comprar los berberechos frescos y abrirlos al vapor, habiéndolos dejado previamente en remojo con agua y sal para eliminar la arenilla, o bien podéis recurrir al método práctico y utilizar unos de conserva que sean algo gorditos.
Los insertamos en una brocheta bonita (pueden ser de madera como la que he utilizado o bien hay unas muy cucas de bambú de venta en tiendas de menaje o incluso en la página de Amazon las podéis encontrar).
Freímos unos daditos de pan hasta dorarlos bien y los escurrimos en una servilleta de papel para eliminar el exceso de aceite y reservamos. También tenéis aquí la opción de comprarlos en bolsitas en el super y será un paso menos en caso de poco tiempo.

Montaremos el plato o bien un bol adecuado con la crema y seguidamente decoramos con unas gotitas de aceite de oliva por encima, añadimos los picatostes y por último las brochetas de berberechos.
Comprobareis que es un plato muy sencillo de realizar y muy gratificante en la mesa.
Espero que os guste y sobretodo a vuestros comensales.

Buen provecho!!!!

































CREMA DE CALABAZA CON ESPECIAS Y PARMESANO



Nos encontramos en plena época de calabazas, setas, castañas y de otros muchos productos de temporada otoñal. Hoy os traigo una rica crema de calabaza pero con un matiz de especias, aportándole un toque de distinción de todas aquellas que hayáis podido probar hasta ahora.


La receta es de lo más sencillo de preparar, es super ligera y casi no tiene grasas ya que no se utiliza nata (tan solo un poquito de queso parmesano, pero siempre es opcional). 
Es más, si tienes que reducir calorías puedes incluso suprimir el paso de rehogar las verduras para hacer una crema de calabaza light a más no poder. ¿Te animas? Pues a la cocina que está muy rica!!!



INGREDIENTES

1 kg. de calabaza pelada.
1 puerro (100 gr.)
1 zanahoria (100 gr.)
1 patata grande (200 gr.)
1 cebolla (150 gr.).
2 dientes de ajo grandes.
1/2 litro de caldo de pollo o vegetal.
Aceite.
1 cucharada de miel.
1 cucharada de jengibre fresco (o en su defecto 1/2 cucharadita de jengibre en polvo).
1/4 de cucharadita de nuez moscada en polvo.
1/2 cucharadita de comino molido.
1/2 cucharadita de canela molida.
1/2 cucharadita de pimienta molida.
Parmesano rallado.
Sal.


PREPARACIÓN

En una cazuela amplia ponemos un generoso chorro de aceite de oliva que suelen ser entre 3 o 4 cucharadas. Calentamos el aceite y en él rehogamos las verduras troceadas en daditos pequeños, pero sin excedernos, no es necesario y el jengibre solo si es fresco (si usamos el molido, lo haremos más tarde) le daremos unas vueltas con la cuchara de palo de vez en cuando hasta que las veamos un poco blanditas, más o menos unos 10 minutos.

Es momento de añadir las especias, rehogando nuevamente durante un minuto aprox. Cubrimos con el caldo y dejamos hervir a fuego medio hasta que estén totalmente tiernas.
Le añadimos la miel y mezclamos bien con la cuchara de palo hasta que quede bien integrada, cosa que resultará fácil, ya que con el calor la miel se diluirá rápidamente. Con sumo cuidado trituramos con la batidora, podemos hacerlo en la misma cazuela o en un bol aparte, eso si, con mucho cuidado ya que estará muy caliente y hemos de evitar accidentes por quemaduras.

Una vez la crema está triturada y bien fina es momento de probar y rectificar de sal o de especias si consideramos que alguna de ellas ha de destacar un poquito más, es un toque muy personal y cada cual lo ha de adecuar a su paladar o al de sus comensales.

Por último solo nos queda servir en los platos y darle el toque estrella, que es opcional, el del parmesano rallado. A mi me encanta este queso, pero he de decir que su sabor es tan intenso que puede resaltar un poquito por encima del sabor de la crema y sus especias, así que mi consejo es que seáis prudentes y pongáis poquito, o bien un día podéis probar con parmesano y otro día sin él, así podréis decidir cual es vuestra opción preferida.
En el caso de personas con dietas adelgazantes, suprimid el queso y desde luego que disfrutareis del sabor de la crema tal cual, que es por si sola ya es de 10!!!!

Espero que os haya gustado esta receta y disfrutéis de ella, muy pronto os traeré nuevas cremas para que podáis variar tanto como imaginar, ya que el invierno es largo y ni tan siquiera acaba de empezar.

Buen Provecho!!!




















PATATAS A LA SUIZA O "ROSTI"




Esta receta originaria de suiza, es excelente para combatir los fríos y duros días de invierno. También es conocida como "rosti", un antiguo desayuno consistente para los granjeros de la zona y actualmente se ha convertido en una de sus recetas más tradicionales.

El elemento común del "rosti" son las patatas raspadas y suavizadas con mantequilla, pero dependiendo de las preferencias regionales se han añadido otros ingredientes como el jamón, queso, ajo, manzanas, hierbas o vegetales frescos (se deberían añadir cuando alternemos las capas de queso, y patata, es una forma de darle un toque de distinción sin necesidad de variar en exceso la receta original).
Lejos ya de las frías y nevadas montañas centro europeas, os voy a presentar esta receta que es muy versátil, la podréis acompañar con carnes, pescados e incluso sola con un buen vino blanco de matiz afrutado.


INGREDIENTES

1 kilo de patatas.
250 gr. de queso Gruyere rallado.
4 huevos.
1/2 litro de crema agria o nata líquida (se puede usar vegetal de soja o cualquier otra).
Mantequilla o Aceite
Pimienta.
Sal.

PREPARACIÓN

Pelamos las patatas (en la receta original son ralladas gruesas) y las cortamos en rodajas finas.
Freímos las patatas en el aceite (en mantequilla en la receta original) a fuego medio y cuando estén bien doradas las sacamos a un plato con papel absorbente. Reservamos.

En un bol ponemos los huevos con la leche agria (o nata líquida) la sal y pimienta, lo batiremos bien con la batidora y reservamos.
En una fuente de horno alternamos una capa de patatas y otra de queso rallado, así hasta acabar los dos ingredientes pero finalizando con una capa de patatas.
Cubriremos la fuente con la mezcla de huevos y nata reservada, la verteremos encima de las patatas y seguidamente la colocaremos dentro del horno a media altura, con calor arriba y abajo.
Dejaremos hornear durante 40 minutos aproximadamente (hemos de asegurarnos que el huevo está bien cuajado).
La superficie de patatas ha de estar bien doradita, sino es así podremos poner un poquito el grill a modo fuerte y tostar a nuestro gusto.
Una vez horneado retiramos y dejamos templar unos 5-6 minutos aproximadamente antes de servir.

Espero que os haya gustado, como podéis comprobar no tiene demasiada complicación, además que podréis poner en marcha vuestra imaginación y variarla al gusto con las opciones que os he dado al inicio de la receta.

Buen provecho!!!



CREMA DE CHAMPIÑONES Y NUECES




Las setas son un ingrediente delicioso que combina a las mil maravillas con muchas recetas, la verdad que yo siento delirio por todas las clases que existen...
Como no hay problema para encontrar algunas de ellas a lo largo del año, me he decantado por unos champiñones ya que son setas suaves y que por norma agrada a casi todo el mundo.

Quien no haya comido una crema de champiñones, no sabe lo que se pierde y si la acompañamos del suave matiz de las nueces, mucho mejor!!!
Además esta crema no lleva nata líquida, por tanto es más baja en calorias.

Receta para 4 comensales.

INGREDIENTES

400 gr. de champiñones.
1 puerro.
2 vasos de leche (se puede usar leche de almendras si no queremos leche de origen animal).
3 vasos de caldo de verduras.
60 gr. de nueces.
1 cucharada sopera de harina.
Aceite de oliva.
Pimienta.
Sal.


PREPARACIÓN

Cortamos el pie terroso de los champiñones y lo desechamos, guardamos dos champiñones y troceamos el resto.
En una cazuela con aceite de oliva pondremos los champiñones y el puerro picados, salar un poco y saltear durante 8-10 minutos a fuego medio removiendo de vez en cuando.
Pasado este tiempo añadiremos la harina, le daremos unas vueltas y seguidamente añadiremos la leche, el caldo y dejaremos cocer 10 minutos más.

Mientras en una sartén pondremos un chorrito de aceite y freiremos los dos champiñones reservados laminados, salpimentar y reservar.
Dorar las nueces, reservamos unas cuantas para la decoración y el resto las añadimos a la cazuela de los champiñones.

Pasar la mezcla por la batidora hasta obtener una crema bien fina, ajustaremos el punto de pimienta y sal.
Montaremos el plato y colocaremos en el centro unas láminas de champiñón salteado y unas nueces, servir de inmediato.
Espero que os guste y que repitáis más de una vez.

Buen provecho!!!

NOTA: El caldo de verduras se puede hacer con 1 o 1,5 litros de agua, una cebolla, zanahoria, puerro, apio, calabaza y patata. Dejaremos cocer de 30-40 minutos a fuego suave matizandolo de sal y ya tendremos nuestro caldito listo para utilizar. Si queréis guardar para otra vez, duplicar el agua y las verduras y congelaremos el caldo sobrante.