COOKIES DE NUECES Y PEPITAS DE CHOCOLATE NEGRO





Si tenéis debilidad por las Galletas, por la repostería americana y por el chocolate, sin duda os gustaran las Cookies!!!!
No hay nada más bueno para disfrutar con una taza de café o te a media tarde bajo la mantita en el sofá acompañado de un buen libro, costura o peli...es un planazo!!!!
Pues para que vamos a esperar más??? vamos a ello sin más demora y valorais por vosotros mismos.

Las medidas que os dejo son para unas 20 cookies pudiendo ampliar las medidas si necesitais hacer más cantidad para guardar o repartir, porque cuando alguien sabe que vas a hacer, siempre se apunta a degustar ;-)
También podéis hacerlas de diferentes tipos, como por ejemplo le podeis suprimir las nueces y alternar por avellanas, nueces pecanas o bien cambiar el chocolate negro por chocolate con leche o blanco...tenemos diversidad de variantes para elegir y en breve os pondré la receta de las cookies con pepitas de chocolate con leche, muy similares a estas pero muy ricas también.



INGREDIENTES

200 gr. de mantequilla en punto de pomada.
210 gr. de azúcar blanco (yo lo paso por el molinillo tipo glass para que queden más finas las galletas)
5 gr. de azúcar avainillado.
300 gr. de harina normal.
2,5 gramos de levadura en polvo.
2 gr. de sal.
60 gr. de huevo batido.
75 gr. de pepitas de chocolate negro.
75 gr. de nueces troceadas.



PREPARACIÓN

Es importante que la mantequilla la saquemos de la nevera unas horas antes para que su temperatura sea la adecuada, si por el contrario se os olvida no es recomendable fundirla en el microondas o un cazo hasta el punto de que sea líquida, ya que la masa que obtendríamos no sería la adecuada y el resultado final de las galletas sería muy distinto.
Como recurso se podría dar un golpe de calor en el microondas, pero con mucho control de tan solo ablandar la mantequilla, pero nunca que se vuelva líquida.


                                            

Batimos la mantequilla en pomada con el azúcar blanco y avainillado con unas varillas o bien con una amasadora con la pala adecuada hasta conseguir una mezcla fina, espumosa y blanquecina.




Seguidamente añadimos la harina (tamizada preferiblemente) la levadura en polvo, la sal y continuamos batiendo hasta integrar bien los ingredientes.
       




Añadir a la mezcla el huevo batido y continuar mezclando hasta obtener una masa homogénea.
Por último se añaden las pepitas de chocolate y las nueces troceadas. En este momento utilizaremos una espátula de madera para poder mezclar con más precisión la masa ya que será más costosa si lo hacemos con las varillas.






Una vez la masa está bien mezclada hacemos una bola con ella, la envolvemos en papel film y la guardamos en la nevera unos 20 minutos.
La masa ha de estar fresca en su justa medida para que no sea demasiado enganchosa a la hora de trabajar.
Si decidís ser previsores y adelantar la masa para el día siguiente, tan solo la tendréis que sacar un ratito antes de la nevera para que no esté tan dura y la podáis trabajar cómodamente.

 


Precalentamos el horno a 170ºC y procedemos a crear nuestras ricas cookies.
Para crear nuestras cookies, debemos hacer bolitas de 40 gramos de peso aprox (que es la medida estandar) y las aplastaremos muy ligeramente con la mano para darle forma de galleta, aunque no demasiado, yo opto por conservar  bastante su forma de bolita ya que más tarde con el calor ella sola se bajará y obtendrá su figura, pero hoy he probado haciendo la versión "forma de galleta" para enseñarosla ya que es la más común.




Os aconsejo que tengais preparada la bandeja en la cual vayáis a hornear las galletas con un papel sulfurizado encima y sobre este iremos colocando la galletas (o bolitas).
Tendremos que dejar un espacio prudencial entre ellas para evitar que se peguen cuando se expandan al cocer.



Justo antes de introducir la bandeja en el horno, adornamos las galletas por encima con unas pepitas de chocolate y unos trocitos de nueces, seguidamente las ponemos dentro del horno precalentado y dejamos cocer unos 10-15 minutos siempre dependiendo de nuestro horno, si vemos que están excesivamente blancas o bien nos gustan más crujientes podemos dejarlas un poquito más.

Una vez horneadas las cookies las sacamos del horno y las colocamos sobre una rejilla hasta que enfríen completamente.
Una vez frías las guardamos en una cajita especial de galletas forrada con papel de seda o de horno y las tapamos para que queden bien herméticas. Las guardamos en un lugar oscuro y no demasiado cálido.

Pues ya tenéis la receta tan maravillosa y sabrosa de las cookies de chocolate con nueces que tantas veces vemos en muchas pastelerías y nunca os atreveis a hacer.
Espero que os guste y que probéis en estos fríos días para acompañarlas con una taza de chocolate caliente, café o un te.

Buen provecho!!!!






























PANELLETS DE COCO




De nuevo con otra variedad de panellets para degustar en estas fechas tan señaladas...en la anterior entrada os hice una pequeña introducción de la historia de ellos y no queriendo repetir todo lo argumentado, os propongo a que os deis una vuelta por la publicación de los panellets de piñones y así también podáis valorar hacer unos poquitos de las dos versiones.

Aquí hablaríamos de los mismos orígenes pero añadiendo que en la actualidad se les ha dado una importancia más tradicional y como no, la diversidad de estos e innovación en las mejores cocinas, han echo llegar hasta nuestros paladares sabores muy variados, como por ejemplo los panellets de coco, también están los de chocolate, café, fresa, limón, etc...tantas posibilidades como imaginación le podamos poner en su elaboración.

Yo me decanto por los de coco, ya que me resultan muy finos y me pierdo por su sabor, así que os invito nuevamente a esta experiencia tan gratificante en la cocina, ya que estos panellets se salen fuera de lo normal, no son los típicos de consistencia densa y de coco crujiente por el horneado, que va, todo lo contrario, estos bocaditos son tiernos como podáis imaginar, el coco exterior no va horneado, lo pondremos posterior a su cocinado, manteniendo la frescura, aroma y esponjosidad que le da un toque muy especial...si tenéis curiosidad en como son, podéis probar.

Entráis conmigo en la cocina??



INGREDIENTES

200 gr. de almendra molida.
175 gr. de azúcar blanco (preferiblemente pasado por el molinillo para dejarlo tipo azúcar glas).
125 gr. de boniato asado.
2 yemas de huevo.
1 clara.
Ralladura de 1/2 limón.
50 gr. de coco rallado (para añadir a la masa)
250 gr. coco rallado para rebozar.

Almíbar:
2 cucharadas de azúcar.
2 vasos de agua.

En la cantidad de coco no puedo dar medida exacta, ya que este se añade poco a poco al final de la realización de la masa y se irá probando hasta dejar el punto de sabor deseado. Es muy personal la intensidad de este sabor, por este motivo prefiero que le deis vuestro toque personal.

PREPARACIÓN

Precalentamos el horno a 200ºC y asamos los boniatos con antelación suficiente para que estén fríos y se puedan trabajar. Yo suelo asarlos la noche anterior a realizar los panellets, o bien se pueden hacer a primera hora de la mañana si nos vamos a poner a hacerlos por la tarde, lo importante es que estén fríos para poderlos pelar y hacer un puré con la carne. Reservamos.

En un bol amplio batimos las yemas y la clara de huevo con unas varillas. Seguidamente añadimos el puré de boniato y la ralladura de limón mezclándolo bien, en este caso mejor con una cuchara de palo ya que las fibras del boniato se quedaran enganchadas en las varillas.
Volcar en el bol la almendra molida, el azúcar y seguir mezclando, casi mejor llegado este punto que lo hagamos con la mano porque la masa tendrá una consistencia enganchosa y no trabajaremos bien con la cuchara de madera.

A continuación añadimos un puñado de coco rallado a la masa y continuaremos mezclándolo con las manos, lo probaremos de sabor y si consideramos que su intensidad es baja añadimos un puñadito más de coco y seguimos mezclando. Observaremos que la consistencia se hace más densa y costará de trabajar un poco, pero no os preocupéis, al final quedaran muy tiernos.
Una vez hemos dado el punto de sabor del coco a nuestra masa, tapamos con un film transparente el bol y lo colocamos en la nevera para que enfríe bien la masa.
Aquí también tenemos la opción de preparar la masa el día anterior para que esté completamente fría y sea más agradable a la hora de trabajar, lo dejo a vuestra elección, eso sí, almenos tendrá que estar un par de horas en la nevera.

Precalentamos el horno a 200ºC (sin ventilador) después bajamos a 180ªC para hornear.
Sacamos la masa de la nevera y comenzamos a hacer bolitas del tamaño de una nuez aproximadamente, aunque parezcan pequeñas inicialmente, pensad que despúes engradecen un poco al hornearlas y posteriormente al rebozarlas en el coco, así que recomiendo prudencia.
Si veis que las manos se os quedan con masa enganchada que dificulta la realización de los panellets, id lavándolas de vez en cuando y seguís trabajando.

Una vez hechas las todas las bolitas, las colocamos en una bandeja de horno, que previamente le habremos puesto un papel de hornear y sin engrasar.
Dejamos espacio suficiente entre ellas para que no se enganchen cuando se horneen.
Introducimos la bandeja a media altura en el horno, con calor arriba y abajo entre 12 y 14 minutos.
Siempre recomiendo ser prudente con los tiempos ya que cada horno es un mundo, en este caso se ha de controlar que los panellets estén algo dorados sin pasarnos, ya que si se doran en exceso no quedaran bonitos, lo interesante es que sean unas bolitas blancas al finalizar su total elaboración.

Pasado el tiempo indicado, sacar del horno y quitar la hoja que cubre la bandeja con los panellets y dejarlos enfriar tal cual sobre el mármol de la cocina o bien sobre una rejilla mientras seguimos horneando todos los demás que están pendientes, colocando papel de hornear nuevamente en la bandeja y así sucesivamente.
Una vez templados lo suficiente nos ayudaremos con una espátula y con cuidado los quitaremos del papel de horno.

En un cazo pequeño pondremos dos vasos de agua con dos cucharadas de azúcar, acercamos al fuego y calentamos hasta el punto en que el azúcar esté disuelto, no es preciso que llegue a hervir ni que hagamos un almíbar denso. Retiramos del fuego y ya estará listo.
Este jarabe nos ayudará a humedecer los panellets para que el coco rallado se pueda adherir a ellos sin problema. Dejamos enfriar un poco mientras enfrían también los panellets.

En un recipiente amplio y hondo pondremos el resto del coco rallado e iremos pasando primero los panellets por el jarabe, bañándolos bien, más o menos se han de introducir en él unos 10 segundos aproximadamente, escurrir un poco el jarabe al sacarlos del recipiente y seguidamente los ponemos dentro del bol del coco, ayudándonos de las dos manos, con las cuales iremos cogiendo un puñado de coco y rebozamos como si de nuevo hiciésemos una bola.

Aconsejo no hacer demasiada cantidad a la vez porque si ponemos muchas bolitas dentro del almíbar absorberan mucho líquido, así que mejor hacerlos como máximo con dos o tres a la vez.
Una vez rebozado el panellet lo colocamos en una bandeja limpia y con un poco de coco espolvoreado en la superficie, seguiremos haciendo lo mismo con todos los demás.

Una vez finalizado el proceso de rebozado del coco, los dejamos que sequen un poco el almíbar con el coco y pasado un cuarto de hora o algo más, ya los podremos colocar en una lata especial de galletas o un bol lo suficientemente amplio para que entren todos, forrado previamente con un papel de cocina (de hornear). Podemos espolvorear un poquito más de coco sobre ellos antes de guardarlos.
Cubrimos con film transparente, papel de plata o similar el recipiente donde los hayamos colocado. Es aconsejable guardar dicho recipiente bien cerrado en una bolsa de plástico y atarla para que no les entre aire y no endurezcan, así conseguiremos el efecto contrario, que se vuelvan más blanditos y agradables a la hora de morder.

Espero que os resulte entretenida su elaboración, ya que cuando veáis el resultado será de lo más gratificante y en especial para aquellos que puedan disfrutar de su degustación.

Buen provecho!!!

PANELLETS DE PIÑONES







Los Panellets son un dulce típico de Cataluña, Aragón, Valencia, Islas Baleares y Andorra que tradicionalmente se preparan para el día 1 de noviembre, en la festividad de Todos los Santos o la Castañada.
Al ser un dulce tan energético  (como las castañas y boniatos, también típicos para la misma fecha) resultaban muy útiles en ese día tan señalado ya que gran parte de la población solían hacer vigilia.

Los panellets datan del siglo XVIII cuando se usaban como comida bendecida para compartir después de las celebraciones religiosas.
Se cree que tienen su origen en el norte de Europa, donde a consecuencia del intenso frío se hacía necesario un alimento rico en calorías y así soportar mejor la larga noche de difuntos, pero también hay quien aboga en que su origen reside en la repostería árabe por su composición a base de almendras y por los antecedentes de dicha cultura en este país.

Después de esta introducción por la historia y origen de estos deliciosos dulces, voy a dar paso a su elaboración y a ponernos en marcha...comenzamos!!!



INGREDIENTES

500 gr. de almendra molida.
350 gr. de azúcar blanco (preferiblemente pasado por el molinillo para dejarlo tipo azúcar glas).
250 gr. de boniato asado.
3 yemas de huevo.
1 clara.
Ralladura de 1 limón.
600 gr. de piñones.


PREPARACIÓN

Precalentamos el horno a 200ºC y asamos los boniatos con antelación suficiente para que estén fríos y se puedan trabajar. Yo suelo asarlos la noche anterior a realizar los panellets, o bien se pueden hacer a primera hora de la mañana si nos vamos a poner a hacerlos por la tarde, lo importante es que estén fríos para poderlos pelar y hacer un puré con la carne. Reservamos.

En un bol amplio batimos las yemas y la clara de huevo con unas varillas. Seguidamente añadimos el puré de boniato y la ralladura de limón mezclándolo bien, en este caso mejor con una cuchara de palo ya que las fibras del boniato se quedaran enganchadas en las varillas.
Volcar en el bol la almendra molida, el azúcar y seguir mezclándolo, casi mejor llegado este punto que lo hagamos con la mano porque la masa tendrá una consistencia enganchosa y no trabajaremos bien con la cuchara de madera.

Una vez mezclados todos los ingredientes taparemos con un film transparente el bol y lo colocaremos en la nevera para que enfríe bien la masa y sea algo más manejable.
Aquí también tenemos la opción de preparar la masa el día anterior a su preparación para que esté completamente fría y sea más agradable de trabajar, lo dejo a vuestra elección, eso sí, almenos tendrá que estar un par o tres de horas en la nevera.

Precalentamos el horno a 200ºC (sin ventilador) después bajamos a 180ªC.
Sacamos la masa de la nevera y comenzaremos a hacer bolitas del tamaño de una nuez aproximadamente, aunque parezcan pequeñas inicialmente, pensad que despúes con los piñones engradecen y al hornearlas aún creceran un poquito, así que recomiendo prudencia.

En un recipiente amplio y hondo pondremos los piñones e iremos pasando las bolitas de masa al bol de los piñones para rebozarlos, eso sí, tendremos que ayudarnos de las dos manos cogiendo un puñadito de piñones y ayudaremos a rebozar como si de nuevo hiciésemos una bola. Una vez rebozado el panellet lo colocamos en una bandeja de horno, que previamente le habremos puesto un papel de hornear. Los panellets se colocan en la bandeja sin engrasar.
Dejaremos espacio suficiente entre ellos para que no se peguen cuando se horneen.

Antes de introducir en el horno pincelaremos todos los panellets con yema de huevo y seguidamente introducimos la bandeja a media altura en el horno, con calor arriba y abajo entre 14 y 15 minutos.
Siempre recomiendo ser prudente con los tiempos ya que cada horno es un mundo, en este caso se ha de controlar que los panellets estén algo dorados y que se empiezan a agrietar un poquito, es indicador de que están en su punto.
Si vemos que no están muy dorados podremos darle un punto de color dejándolos 1 o 2 minutos en el hornos con tan solo la posicíon de gratinador o grill (es opcional).

Sacar del horno y quitar la hoja que cubre la bandeja con los panellets y dejarlos tal cual enfriar sobre el mármol de la cocina o bien sobre una rejilla mientras seguimos horneando todos los demás que están pendientes.
Una vez templados lo suficiente nos ayudaremos con una espátula y con cuidado los quitaremos del papel de horno y los depositamos en una lata especial de galletas o un bol lo suficientemente amplio para que entren todos.

Una vez bien fríos todos los panellets, cubriremos con film transparente, papel de plata o similar el recipiente donde los hayamos colocado. Es aconsejable colocar el recipiente cerrado dentro de una bolsa de plástico y atarla para que no les entre aire y no endurezcan, así conseguiremos el efecto contrario, que se vuelvan más blanditos y agradables a la hora de morder.

He de decir que son algo entretenidos pero no ocupan un día entero por suerte y sobretodo la satisfacción de poderlos degustar acompañados de un buen moscatel (yo escojo un buen Pedro Ximenez)  es algo que no tiene precio.
Y para los más atrevidos os invito a hacer los panellets de coco que ahora en breve publicaré, son unos bocaditos tan finos que no puedes parar de comer...quien se anima??

Buen provecho!!!


BRIOCHE DE NARANJA Y CHOCOLATE





Las masas son mi debilidad y pese a que aún por fechas no acompaña entrar en la cocina con rodillo en mano y amasar, yo he decidido sucumbir a esta tentación aparcada de hace tiempo.
Pues bien, hoy os traigo un riquísimo brioche, tierno, aromático con su naranja confitada, agua de azahar y con algunas calorías más de la cuenta...pero que sería de los gimnasios si no hubiese excesos?? jajajaja
Pues manos a la obra y a darle forma a este rico manjar, que en menos de lo que pensáis lo tendreis listo para disfrutar.


INGREDIENTES

600 gr. harina de fuerza.
130 gr. de azúcar.
110 gr. de zumo de 1 naranja (o agua, leche o nata líquida).
40 gr. de agua de azahar o anís dulce.
20 gr. de levadura fresca prensada de panadero.
130 gr. de mantequilla en trozos a temperatura ambiente. 
4 huevos.
Una pizca de sal.
50 gr. de naranja confitada en trocitos. 
Ralladura de una naranja.
100 gr. de pepitas de chocolate.
1 huevo para pintar el brioche.


PREPARACIÓN

En un cazo calentamos los líquidos (zumo de naranja y agua de azahar) a 37º , es importante hacer uso de un termómetro de cocina para no excedernos en la temperatura y no degradar la levadura, ya que no acabaría haciendo su función correctamente.
En un recipiente amplio y hondo disponemos la ralladura de naranja, la mantequilla en trocitos (importante que esté a temperatura ambiente para que pueda diluirse al máximo) la levadura desmenuzada y con una mano lo mezclamos todo bien, insistiendo en los trocitos de mantequilla y levadura mientras con la otra mano aguantamos el recipiente.
Añadimos los huevos batidos, el azúcar y la naranja confitada. Seguimos mezclando bien hasta que el azúcar se disuelva ligeramente.

Una vez mezclado añadimos la pizca de sal y la harina, mezclando de nuevo con la mano hasta que la masa ligue perfectamente y se desprenda de las paredes del molde. Esto será en pocos minutos y sin necesidad de hacer demasiado esfuerzo, todo y que aconsejo que la masa la amasemos con energía dentro del bol para airearla, siempre es un punto positivo para un resultado esponjoso.
Si tenéis la opción de hacer este paso con una amasadora os asegurareis de airearla bien sin necesidad de cansaros.

Dejamos reposar la masa bien tapada con film transparente y un paño de algodón sobre él sin presionar, en un lugar cálido y sin corrientes de aire (muy importante este punto, ya que una corriente de aire no permite subir la masa).
Dejaremos subir la masa hasta que doble su volumen (en verano será mucho más rápido, en una hora o algo menos estará lista, en invierno habrá que dejarla almenos un par o tres de horas).

Una vez la masa está lista para ser trabajada, la sacamos del bol y la colocamos sobre la mesa o el mármol de la cocina enharinado. Dividimos la masa en dos partes iguales (o bien podemos hacer dos brioches, en ese caso dividiremos en 4 porciones iguales).


                   


Realizamos dos (o cuatro cilindros si optamos por uno o dos brioches) de la misma longitud y los aplanamos ligeramente para poder colocar las pepitas de chocolate en su interior.










Una vez repartidas las pepitas de chocolate a partes iguales (y guardando unas cuantas para decoración) enrollamos la masa sobre sí misma para obtener de nuevo un cilindro pero relleno.
Sellaremos bien la puntas ejerciendo un poco de presión y evitar que se abra o salgan las pepitas.




Una vez enrollados los cilindros los juntamos uno al lado del otro y presionamos ligeramente las puntas para que no se desprendan a la hora de manipular. La zona sellada la pondremos hacia abajo para que no se vea o se pueda abrir al hornear.
Enrollamos los dos cilindros sobre sí mismos obteniendo uno solo con forma trenzada.






Una vez trenzados haremos un rosco y sellaremos los extremos e intentamos dejarlos hacia abajo por el mismo motivo que hemos hecho anteriormente. 
Dejamos levedar (fermentar) el rosco sobre un papel sulfurizado y colocado sobre la bandeja que llevaremos más tarde al horno. Lo dejamos crecer de nuevo hasta que doble su volumen, forrandolo con papel de hornear y un paño de algodón fino sobre este. Tendremos en cuenta nuevamente que el lugar de reposo ha de ser cálido y que no haya corrientes de aire, yo lo coloco dentro del horno apagado.




Precalentamos el horno a 180º.
Una vez que el rosco está bien gordito y el horno a la temperatura adecuada, pintamos con huevo batido y decoramos con unas pepitas de chocolate anteriormente reservadas.




Colocamos con cuidado de no dar golpes, la bandeja en el horno en la posición inmediatamente por debajo de la mitad pero no a ras de suelo. El hecho de no dar golpes es porque las masas corren peligro de bajarse y quedar apelmazadas una vez finalizda la cocción, por tanto hay que tratarlas con mucho mimo.
Horneamos entre 15-20  minutos ya que va en función de cada horno. En mi caso la altura utilizada es la que os comentado anteriormente y lo dejo alrededor de 17 minutos, pero para acertar os recomiendo que a los 15 comprobeis con la ayuda de una espátula si el suelo del brioche está dorado.
Si es así y la superfície también está dorada y si al golpear ligeramente con una espátula sobre el brioche, su sonido es hueco, esto es signo de que está bien cocido.
Hay que ser prudentes con la cocción ya que si nos pasamos quedaría seco y en un día la consisténcia sería algo más apelmazada.





Una vez horneado nuestro brioche lo sacamos del horno y lo dejamos enfriar sobre una rejilla en alza y sin corrientes de aire.







Cuando haya enfriado lo cubriremos bien con papel de plata y dentro de una bolsa de plástico anudada para que no entre aire y se endurezca. De esta forma lo podéis conservar hasta el día siguiente si es que eso es posible jajajaja, en caso de consumirlo de seguida, lo podeis acompañar con un café, leche, zumo o lo que más os guste...
Os garantizo que está rico rico y es de lo bueno lo mejor!!!

Buen provecho!!!!





EMPANADA DE ATÚN



La palabra empanada significa encerrar un alimento dentro de una masa o pan para asarlo posteriormente.
En la antiguedad se solían rellenar panes de vegetales o carne cuando era posible (o de ambas cosas) para que los viajeros o pastores lo pudieran consumir durante el viaje o en el campo.
Pasado el tiempo se acabó asando la masa de pan junto con su relleno dando paso finalmente a idear masas específicas para envolver su relleno.

Su origen es bastante incierto, todo y que apunta que podría ser en la antigua Grecia pasando por Oriente Medio. Así las empanadas fueron traídas a España junto con los alfajores y otros alimentos, siendo llevadas posteriormente hasta América por los barcos de los conquistadores españoles.

En el S.XII aprox. se dice que los peregrinos que llegaban a Santiago de Compostela sabían de su cercanía por el olor inconfundible de empanada y pan. Así fue como se convirtió la empanada en una nueva y sabrosa guía del Camino de Santiago siendo un delicioso aliciente para volver a peregrinar.
Quien sea afortunado en visitar la ciudad podrá visualizar posiblemente las empanadas más antiguas del mundo en la mismísima Catedral o el Palacio de Gelmírez. Tan solo deberéis alzar la vista y observar algunas de las esculturas donde se pueden apreciar empanadas en representaciones de nobles comensales deleitandose en banquetes con dicho manjar.

Después de este breve viaje a través de la historia daré paso a la parte importante...su realización.
En casa siempre hemos hecho diversos tipos de empanada pero la de atún tiene algo especial pese a su sencillez, así que hoy hacemos Empanada de Atún (al estilo de mi madre) 😋😋😋


INGREDIENTES (Para una bandeja de horno, medidas aprox. 37 cm x 42 cm)

Para la masa

600 gr. de harina.
200 ml. de agua a temperatura ambiente.
40 gr. de levadura fresca de panadero.
150 ml. de aceite de oliva (si puede ser del sofrito del relleno mucho mejor).
1 huevo grande.
2 pellizcos de sal (7 gr.)

Para el relleno

6 latitas de atún en aceite o al natural escurrido (o su equivalente de bonito).
3 cebollas grandes.
1 lata grande de tomate natural.
Pimenton dulce de la Vera.
1 pimiento rojo grande asado (o pimientos del piquillo asados).
Sal.
Azúcar (para matizar la acidez del tomate).
Aceite.

Para decorar

1 huevo para pincelar.



PREPARACIÓN

Como hacer la masa

Hay varias modalidades de hacer esta masa, puede ser de forma tradicional o bien con amasadora o thermomix.
Yo me decanto por la forma tradicional ya que es la manera en la que he visto a mi madre hacer las empanadas y ese cariño se mantiene a lo largo del tiempo.

Disponemos todos los ingredientes sobre la mesa junto al bol donde realizaremos la masa.
Volcamos la harina en el bol y realizamos un hueco como si fuese un volcán. En el centro del hueco desmenuzamos la levadura con las manos hasta dejarla lo más pequeña posible, seguimos volcando el huevo ligeramente batido, la sal, el aceite, el agua y empezamos a mezclar todos los ingredientes con una mano mientras la otra agarra el bol para que no se mueva.

Disponemos la zona de trabajo para amasar, podemos usar el mármol o la mesa de la cocina bien limpia. Espolvoreamos harina en la superfície, volcamos la masa y comenzamos a trabajar con las manos hasta obtener una masa fina, elástica y homogénea que será aproximadamente pasados unos 5 minutos.
Colocamos la masa en forma de bola dentro del bol espolvoreado con un poco de harina y tapamos este con un paño de cocina o film transparente para evitar que entre aire.
La dejamos reposar en un lugar donde no haya corrientes de aire y que la temperatura sea cálida, de esta forma favorecemos su levado correcto. En invierno tardará un poco más por el frío, pero almenos dejaremos reposar la masa 1 hora u hora y media.

En caso de hacer la masa con amasadora, colocamos todos los ingredientes en el interior del cuenco y con el gancho de amasar lo trabajamos durante 7 minutos.
Sacamos la masa del cuenco y dejamos levar como la opción anterior dentro de un bol tapado 1.5 horas aprox.
Si es con thermomix se ponen todos los ingredientes juntos en el bol y se mezclan 15 segundos a velocidad 4, seguidamente se selecciona 1 minuto en función espiga y estará lista. Procedemos a colocar la bola de masa en el bol tapado durante 1.5 horas como anteriormente he comentado.
Después de esto ya tendremos lista nuestra deliciosa masa de empanada para rellenar con lo que más nos guste.
                               


Como hacer el Relleno

Cortamos las cebollas en juliana bien fina y las ponemos a freir en una sartén con abundante aceite añadiendo una pizca de sal.
Las freimos a fuego suave para que se puedan hacer bien sin que se doren en exceso o queden crudas. Mientras tanto abrimos las latas de atún escurriendolas bien y reservamos.
Una vez está transparente la cebolla le añadimos el tomate y dejamos que se fría bien a fuego medio casi lento. Aconsejo que tapéis la sartén para que no salte fuera el tomate y a media cocción matizamos de sal y de azúcar para reducir la intensidad de la acidez.

Una vez se haya frito y reducido el tomate le añadimos pimenton de la vera al gusto, yo le pongo un par de cucharaditas rasas, mezclamos bien y seguidamente añadimos también el atún y le damos unas vueltas para integrarlo bien con el sofrito, dejando que todos los sabores se unifiquen durante unos 5 minutos más a fuego lento. Pasado este tiempo lo retiramos del fuego y reservamos hasta que tengamos la masa preparada y puesta en el molde.
Tenemos la opción de preparar el día anterio el relleno y guardarlo en la nevera.


Preparación de la empanada

Precalentamos el horno a 180º calor arriba y abajo sin ventilador . Engrasamos la placa de horno  y espolvoreamos con harina reservando hasta la colocación de la empanada.
También podemos optar por poner un papel sulfurizado (o de hornear) en la base de la bandeja, recortando lo que sobre y engrasando los laterales de la bandeja.

Sacamos la masa del bol y la dividimos en dos partes iguales volviendo a amasar unos 5 minutos aprox. para dar elasticidad y poder estirarla facilmente.
Enharinamos la encimera y colocamos una bola sobre ella y la estiramos con el rodillo de amasar hasta dejarla bien fina, es aconsejable hacerlo al máximo posible ya que al llevar levadura subirá en el horneado.
Colocamos bien la masa estirada en la bandeja de horno reservada y nos aseguramos que llega sin problemas hasta el borde de esta y que sobre por todos lado un poco (ya que tendremos que cerrar los bordes). Repetimos con la otra parte de masa y la reservamos sobre la encimera.

Rellenamos la empanada con el sofrito de atún reservado, lo repartimos de forma homogénea por toda la superficie y ponemos el pimiento rojo asado en tiras repartido por encima, finalizando con un chorrito de aceite de oliva para dar untuosidad. Tapamos la empanada con la otra capa de masa estirada y procedemos a su cierre.
Recortamos el exceso de masa que sobra por los laterales de la bandeja y comenzamos a dar forma al borde, trenzando la parte baja de la masa sobre la capa de arriba. Para ello nos podemos ayudar de un tenedor para sellar o bien con los dedos, comenzando de derecha a izquierda y presionando ligeramente.

Una vez cerrada le hacemos la "chimenea" que se trata de hacer un agujerito en el centro de la masa para que respire y no se hinche en la cocción, pero hay que tener en cuenta que solo será perforar la capa superior, no hay que profundizar hasta el fondo de la empanada. Podemos hacer un corte con un cuchillo o con las tijeras de cocina y a vuestro gusto queda el darle forma redonda o alargada pero sin excedernos.

                                     

Pincelamos la empanada con huevo batido y la ayuda de un pincel de cocina, no es necesario ponerle toda la cantidad del huevo, tan solo usaremos la necesaria para cubrirla bien. Este paso lo hacemos para darle un tono más doradito al hornearla.

Colocamos la bandeja con la empanada en la parte baja del horno durante 20 minutos aprox. y pasado este tiempo la subimos a la parte central dejándola cocer 25 o 30 minutos más o menos. Siempre va en función de cada horno, eso sí, debemos asegurarnos que ha quedado doradita por arriba y abajo. Si no fuese el caso la podemos dorar con el grill (una vez horneada) hasta que nos guste su color.


                                       


Una vez cocida la sacamos del horno y dejamos reposar 5 minutos, la desmoldamos y la ponemos sobre una rejilla para que respire la parte inferior y vaya enfriando.
Pincelamos la superficie con aceite de oliva, seguidamente la tapamos con un papel de horno y cubrimos el papel un paño de cocina hasta que enfríe totalmente.
Este paso es importante para que la masa se quede blandita y agradable a la hora de comer, ya que una vez horneada y retirada del horno veremos que está algo durita pero siempre ocurre en esta fase.
Una vez fría la podemos conservar en la nevera o en un sitio a temperatura ambiente si se ha de consumir en breve.

Recordad que para cualquier otro tipo de relleno podéis utilizar la fórmula de la masa que os dejo aquí, el relleno lo podéis variar a vuestro gusto, sea de marisco, pescado, verduras, etc...otro día os traeré nueva receta de empanada para que podais variar.

Espero que os guste y como siempre os deseo, que tengais un resultado brillante y sorprendente para vuestros comensales.
Buen provecho!!!


















CROQUETAS DE JAMÓN IBÉRICO






Las croquetas son de los entrantes que más me pierden, no puedo evitar que se me vayan los ojos detrás de un buen plato de croquetas caseras...es superior a mis fuerzas!!! 
Su fama es mundial y para ello se ha adjudicado un día al año para celebrar su existéncia, el día 16 de enero es el "Día de la Croqueta" y pese a ser un producto tipicamente español, se puede saber que su origen es francés pero mucho más popular es en Sicilia o Países Bajos.

En la receta de hoy he puesto mucha ilusión (al igual que en todas las demás) pero he de decir que son "las niñas de mis ojos".
Podéis hacer croquetas de muchos tipos, de pescado, de carne, de verduras, de queso, setas o bien de aprovechamiento, pero de vez en cuando un caprichito de este tipo con un jamón del "Bueno Bueno" se ha de hacer.
Sin demorar más la espera os dejo este recetón, que inspirado en la clásica receta de Alberto Chicote, ha hecho que en mi casa se vivan momentos muy felices cuando las sirvo a la mesa...



INGREDIENTES

Para 20 croquetas aproximadamente (si queréis más cantidad solo tenéis que adecuar las medidas aumentando el peso de todos los ingredientes).

670 ml. de leche entera.
330 ml. de nata (a poder ser de 35.1% materia grasa)
1 hueso de jamón ibérico u otro tipo pero de calidad.
55 gr. de mantequilla.
45 gr. de aceite de oliva virgen extra.
165 gr. de cebolla picada. 
95 gr. de harina de maicena.
100 gr. de jamón ibérico.

Para el rebozado

2 huevos grandes.
Harina de trigo.
Pan rallado.



PREPARACIÓN

En primer lugar pondremos la leche y la nata a hervir con el hueso de jamón durante 20 minutos aprox. a fuego suave, una vez haya pasado este tiempo la retiramos del fuego y la reservamos. 
El hueso de jamón lo limpiamos previamente de cualquier resto de grasa y corteza. Es mejor limpiarlo bien para evitar excesos de grasa y acabe resultando más suave , sino, podéis arriesgaros a que su sabor sea tan intenso que no agrade a todos los paladares.

En una cazuela amplia ponemos la mantequilla con el aceite y calentamos de forma moderada añadiendo la cebolla que habremos picado muy finita (podemos usar la picadora de la batidora para triturarla).
Cuando la cebolla está transparente añadimos el jamón picado en trocitos muy pequeños rehogandolo todo unos minutos, dos o tres aprox.
Una vez rehogado el jamón, añadimos la mezcla de leche y nata reservada (habiendo quitado el hueso de jamón) poco a poco y vamos removiendo con una cuchara de madera para que no se formen grumos de harina. 
Una vez incorporada toda la leche a la cazuela y habiendo obtenido una masa fina y suave, cocinamos unos 10 minutos más removiendo con la cuchara de madera sin parar a fuego moderado vigilando que no se pegue en el fondo. Esta cocción es importante para que la harina se cocine y no tenga sabor a cruda.
Rectificamos de sal, añadimos un poquito de pimienta negra molida y un poco de nuez moscada (seremos muy prudentes porque un sabor excesivo de nuez moscada podría arruinar nuestras croquetas).

Retiramos del fuego y colocamos la masa en un recipiente bajo y ancho cubriendolo con film transparente que deberá de estar en contacto con la masa para no generar una capa en la superfície.
El recipiente lo pondremos dentro de la nevera de un día para otro a poder ser o bien unas horas, lo suficiente hasta que enfríe bien y poder manipular la masa sin problema. 


                      

Hacemos nuestras croquetas untandonos las manos con aceite (para que no se nos pegue la masa en la mano) tomando porciones de masa del tamaño que consideremos adecuado y le daremos forma ovalada de croqueta, también podemos ayudarnos de dos cucharas sin necesidad de tocarlas directamente con las manos.


                   

Pasamos las croquetas por harina (que previamente tendremos en un plato hondo) sacudimos el exceso de esta, las pasamos por huevo batido que también habremos preparado previamente y para finalizar las rebozamos en abudante pan rallado.

En una sartén amplia ponemos aceite de oliva virgen de forma abundante, la cantidad adecuada para cubrir la altura de las croquetas y dejaremos calentar bien. 
Una vez adquirida la temperatura ideal para freir las croquetas, las ponemos dentro del aceite y dejamos dorar dándoles la vuelta con mucho cuidado.
Una vez fritas las dejamos escurrir sobre un plato con papel absorvente para eliminar el exceso de aceite y ya las tendremos listas para servir.

Tenéis la opción de congelarlas, para ello las colocamos en una bandeja de tamaño adecuado que pueda entrar en el congelador, yo utilizo las de cartón para tartas. 
Una vez bien congeladas las podremos guardar en bolsas de congelación u otro tipo de bolsa unas sobre otras para optimizar espacio en el congelador y ya estarán listas para consumir en el momento que deseemos.
No hará falta descongelarlas antes de su uso, se podrían romper al freírlas, directamente las echamos en el aceite bien caliente hasta que estén listas.


                           

Espero que disfrutéis tanto de ellas como yo...ya estoy pensando mi siguiente receta de croquetas y creo que no os voy a decepcionar, más bien a sorprender...

Buen provecho!!!


                           

                           






















TARTAR DE TOMATE AL AROMA DE ALBAHACA




Buscando ideas para hacer un plato fresco, ligero y sobretodo del agrado de paladares muy variados, opté por buscar en varios libros de cocina, de todos los que llego a tener en mi estantería...pues bien, encontré lo que buscaba y sorprendentemente aún no me explico como no se me ha ocurrido antes hacer este plato tan rico.
Pues bien, os advierto que genera adicción y sobretodo a los devotos del tomate como yo y vegetales diversos, os dará muchas ideas para variarlo de mil formas (porque eso ya me está ocurriendo a mi jajajajaja)

Aquí os dejo la receta, con la cantidad suficiente para 4 personas, podéis hacer dos tartares para compartir o bien los podéis hacer individuales, solo tendréis que usar moldes de emplatar más pequeñitos.

INGREDIENTES

16 tomates tipo pera medianos.
12 filetes de anchoa de buena calidad (yo he utilizado de l'Escala)
2 cucharadas rasas de mermelada de tomate.
1 manojo pequeño de cebollino fresco.
Sal rosa del Himalaya o en su defecto sal Maldon.
Pimienta negra.
Zumo de 1/2 limón pequeño.
Aceite de Albahaca.
Aceite de oliva (AOVE).
(2 cucharaditas de Mostaza en grano de Dijon, opcional) yo no le he puesto esta vez, eso sí, id con cuidado si no os gusta mucho la mostaza ya que podéis notar en exceso su sabor.


PREPARACIÓN

Pelamos los tomates retirando las semillas y los picamos bien finitos colocándolos en un escurridor para que el tomate pierda todo el agua y evitemos el exceso de líquido en el tartar. Dejamos escurrir los tomates unos 15 o 20 minutos.
Mientras los tomates se encuentran en proceso de escurrido, lavamos y picamos muy finito el cebollino y reservamos.

En un bol mezclamos la mermelada de tomate, el cebollino picado y el tomate en daditos. Una vez lo hayamos mezclado, aliñamos con la pimienta negra, sal, un chorrito de aceite de oliva y un poquito de zumo de limón (sin excedernos para no aportar demasiado líquido al tartar).
En el caso de optar por añadir mostaza, este sería el momento de usarla pero con mesura.

Ya lista nuestra mezcla procedemos a montar nuestro plato, para ello usaremos un emplatador de la forma que más nos guste, yo he utilizado uno cuadradito para salir del redondo habitual.
Llenamos el aro elegido con el relleno y presionamos bien con una cuchara sopera para compactar los ingredientes y decoramos con las anchoas dándole la forma que más nos guste.
Con mucho cuidado desmoldamos el tartar y damos un toque decorativo con unas ramitas de cebollino.

El toque final lo podemos conseguir con un poquito de aceite de albahaca, esta vez se lo he dado con un pulverizador que viene acompañando el frasco (el aceite lo compré en el supermercado Lidl, en una promoción de productos de Italia y la verdad que el resultado está siendo magnífico!!).
Sino disponéis de este tipo de aceite y podéis conseguir uno aromatizado con orégano, también será muy adecuado.
Otra idea es usar cualquier aceite aromatizado que tengáis en casa hecho por vosotros mismos, yo tengo algunos con hierbas aromáticas combinadas, de cayena e incluso de boletus y a cual de ellos más sabroso.
Con uno o dos toques de pulverizador en la superficie es más que suficiente porque es concentrado, más vale ser comedido y no excederse ya que podría anular el sabor del resto de ingredientes.

Para acompañar el tartar podéis hacerlo con unas tostaditas integrales, de cebolla o de arándanos, puedo recomendaros estas con total seguridad.
Como veis, comer sano a un bajo coste y de forma rápida, también es posible.
Deseo que probéis y sobretodo que os guste tanto como a mi, una vez que lo pruebas es difícil de no volver a sucumbir.

Buen provecho!!!!






















MOUSSE DE PIMIENTOS DEL PIQUILLO



Para comenzar la semana os traigo esta receta suave, deliciosa y más sencilla que cualquier otra que os haya podido ofrecer, ya que en tan solo 8 minutos de cocción estará lista para llevar a la mesa.

Esta vez os deleito con una receta hecha en microondas, todo que he de decir que soy una apasionada de la cocina tradicional con su sarten, cazuela y cuchara de palo, que me resisto a cocinar en robots de cocina por muy sofisticados y tentadores que sean...mientras pueda, cocinaré con mi horno y utensilios más clásicos, pero bueno, tampoco me cierro en banda para probar cosas nuevas aunque sea de forma puntual.
Pues bien, toda una novedad para mi cocinar en microondas después de muchísimo tiempo y la sorpresa ha sido bastante satisfactoria...por tanto, la he de compartir con vosotros. 

Probad y me decís...apuesto que quedareis maravillados como yo.


INGREDIENTES

1 bote de pimientos del piquillo.
200 ml. de nata líquida para cocinar (puede ser vegetal).
3 huevos grandes (eco a ser posible, son los que yo utilizo).
3 rebanadas de pan de molde sin corteza (puede ser integral).
3 cucharadas de tomate frito (si es casero mucho mejor, yo lo he hecho en casa).
2 cucharadas de aceite de trufa.
2 cucharaditas de pimentón de la vera (yo uso el dulce ahumado, pero podéis usar el normal sin ahumar o bien el picante pero tan solo sería 1 cucharadita rasa).
Sal.
Pimienta.
Orégano.


Para decorar

Cebollino en rama.
Pimentón de la vera.
Aceite de trufa.



PREPARACIÓN

Ponemos todos los ingredientes en un recipiente amplio y batimos bien con la batidora. Una vez conseguida nuestra mezcla que ha de estar bien triturada, la verteremos en un molde de silicona multicavidades previamente engrasado con aceite de oliva.

Para engrasar el molde, nada mejor y más práctico que un pincel de silicona de repostería, lo mojáis en aceite que habréis puesto en un vasito y pinceláis a vuestro gusto todos los rincones del molde.
Tenéis que tener presente que dicho molde ha de caber dentro del microondas.
Yo he utilizado un modelo de la marca Silikomart que podréis encontrar en vuestra tienda física favorita o bien por internet. Yo suelo comprar en Amazon y el resultado es inmejorable (no me llevo comisión por hacer el comentario jajajaja).
Os dejo el enlace para que podáis acceder al lugar indicado y consultar. Haz clic AQUÍ

Al rellenar nuestro molde con la mezcla, recordad que no han de estar los huecos llenos hasta el máximo, porque al cocer siempre sube un poco y puede desbordarse, así que mejor llenarlos en 3/4 partes.
Introducimos el molde dentro del microondas y cocinamos unos 8 minutos a potencia de 800W. Si vuestro micro es antiguo y no podéis seleccionar la potencia, recomiendo que miréis instrucciones y que lo pongáis al 80% de su total y probéis con 8 minutos, lo sacáis y comprobáis la cocción pinchando con un palito de madera o metal. 
En caso que aún esté un poquito crudo lo coceremos más, id aumentando de minuto en minuto para que no se os queme, aunque más de 10 minutos en total no debería de hacer falta. 

Una vez finalizada la cocción, sacamos con cuidado nuestro molde del interior del microondas sin quemarnos y pasados unos dos o tres minutos, desmoldamos en una bandeja y decoramos con unas ramitas de cebollino, pimentón picante de la vera y espolvoreamos sobre los mousse con un spray de cocina un poquito de aceite de trufa.

Aconsejo consumirlos templados ya que están en su punto más optimo, pero si se enfrían algo más tampoco importa, están de "toma pan y moja"
Resultan ser unos aperitivos riquísimos y untados en tostaditas de cebolla o de finas hierbas intensificareis su sabor aún más, pero si los queréis como plato principal, entonces los serviremos acompañados de una buena ensalada.

Espero que os guste esta super sencilla receta, hoy si que puedo garantizar un éxito con el mínimo tiempo indispensable en vuestras cocinas.

Buen provecho!!!!






CORAZONES DE SAN VALENTÍN




Buenos días!!! nos acercamos al día del amor por excelencia...a nuestro estimado San Valentín 💑y que mejor forma de celebrarlo que con unos corazones de galleta de mantequilla, tierna y dulce en su interior y con una capa de chocolate rosa externa con frases tan bonitas como estas 💖...eso sí, para demostrar el amor no es necesario esperar a San Valentín jajajaja, la verdad que es algo que se ha de demostrar a diario, pero ya que tenemos un día señalado pues celebremoslo de alguna forma especial.

Deseo que os gusten estas galletas tan amorosas y que sobretodo sorprendáis a aquellas personas que más queréis en vuestra vida, no es necesario gastarnos demasiado para sorprender a nadie ni para demostrar nuestros sentimientos, así que esta es una opción muy acertada...feliz día del amor!!!!! Besitos a tod@s 💋



Para unas 35 galletas.

INGREDIENTES

Para las galletas

500 gr. de harina de reposteria.
1/2 cucharadita de levadura royal.
300 gr. de mantequilla en pomada.
200 gr. de azúcar glas.
90 gr. de yema de huevo (son 5 yemas de huevos medianos aprox.)
2 cucharaditas de extracto de vainilla.

Para las plaquitas de chocolate

300 gr. de chocolate blanco de cobertura.
10 gr. de manteca de cacao.
Colorante alimentario rosa o rojo (yo uso de la marca Wilton)

Utensilios básicos

1 cortador de corazón para las galletas.
1 molde de corazones (adecuado para el cortador) para hacer las plaquitas de chocolate.
1 biberón de cocina.

Yo he utilizado unos moldes de la marca Silikomart, que podréis encontrar en tiendas especializadas de repostería o bien en páginas online como por ejemplo Amazon, es de mis habituales. Si quieres acceder a la página, haz clic AQUÍ 


PREPARACIÓN

Separamos las yemas de las claras y nos aseguramos que el peso de las yemas sea exacto para no variar la consistencia perfecta de nuestra masa de galletas.
Mezclamos la harina con la levadura royal, la tamizamos y reservamos.
En un bol aparte ponemos la mantequilla con el azúcar glas y el extracto de vainilla, mezclamos bien con unas varillas.
Agregamos las yemas ligeramente batidas y de nuevo mezclamos los ingredientes.
Por último se añade la harina reservada y mezclamos bien hasta obtener una masa con la que formaremos una bola.

Volcamos la masa sobre el marmol, que previamente habremos colocado un papel de horno y sobre este pondremos la bola de masa. Sobre ella pondremos otro papel de hornear y aplanamos la masa con la ayuda de un rodillo hasta obtener un rectángulo (no hace falta que sea muy fino, ya que la dejamos reposar unas horas y después la estiraremos adecuadamente para poder formar las galletas).
Colocamos la masa en la nevera bien tapada almenos un par de horas.

Precalentamos el horno a 175 grados.
Sacamos la masa de la nevera y la dejamos templar unos 10 minutos aproximadamente para que no se agriete al estirarla. La cortamos en dos porciones reservando una de ellas.
Estiramos la masa con ayuda de un rodillo a un grosor de 5 o 6 milimetros. Si usamos un rodillo gradual saldrán perfectas.

Cortamos las galletas con el sello de corazón ejerciendo fuerza suficiente para que el relieve se marque en la masa y quede bien bonita. Colocamos las galletas en una bandeja de horno que habremos forrado previamente con papel de horno.
Introducimos la bandeja en el horno y las haremos unos 12-15 minutos en función del horno que tengáis, hay que vigilar que no se doren en exceso.
Una vez doraditas por los bordes ya las podremos sacar y las dejamos enfriar sobre una rejilla.
Haremos el mismo proceso con la porción de masa reservada y con los trocitos de masa que sobren, los volveremos a amasar  y daremos vida a nuevas galletitas.
Cuando ya las tengamos todas horneadas y enfriando, comenzaremos a hacer las plaquitas de chocolate para decorar.

Fundimos el chocolate junto con la manteca de cacao en un bol al baño maría (yo opto por este) o bien al microondas. En caso de escoger microondas hay que ir controlando mucho el chocolate para que no se nos queme, iremos fundiendolo poco a poco, sacando el bol y moviendo el chocolate hasta que se funda en su punto justo.
En caso de hacerlo al baño maria, colocamos el chocolate en un bol amplio y este lo introducimos en una cazuela con agua y lo acercamos al fuego sin que este llegue a hervir, ya que corre peligro de que se queme el chocolate y lo tengamos que tirar.
Con paciencia iremos moviendo el chocolate con una cuchara de madera hasta que esté fundido.
Una vez fuera del fuego iremos añadiendo el colorante con sumo cuidado y muy poquita cantidad hasta conseguir el color rosa o rojo que más nos guste. Sed muy prudentes porque el color es muy concentrado, así que con una gotita podeis empezar, mezclais bien y si os falta color pues añadís otra gotita más.

Una vez conseguido el color y fundido el chocolate lo introducimos en un biberón de cocina para poder rellenar correctamente los huecos del molde de las plaquitas.
El uso del biberón no es obligatorio pero la verdad que facilita muchísimo el trabajo y es mucho más limpio. Pero lo más importante es que así no quedaran burbujitas en los huecos del molde.
Colocamos el molde dentro de una bandeja y rellenamos con mucho cuidado los dibujos de corazones con el biberón. Una vez rellenos los huecos les pasamos una rasqueta por encima para nivelar la superficie y retiramos el chocolate sobrante.
Dejamos caer la bandeja desde poca altura, con el golpe conseguiremos eliminar las posibles burbujas que haya en el interior.

Pondremos la bandeja con el molde dentro de la nevera unos 15 minutos para que se enfríe bien.
El resto del chocolate lo derretimos nuevamente y repetiremos la operación una vez hayamos sacado los corazones del molde, los hayamos reservado en la nevera sin apilar las plaquitas para no deformarlas.
Recomiendo utilizar guantes de látex para no dejar ninguna huella al  manipular las placas de chocolate.

Hechos todos los corazones volveremos a fundir el poco chocolate restante, esta vez será para poder pegar las placas a las galletas.
Sacamos las placas de chocolate de la nevera. Entonces colocamos una fila de galletas con el relieve del dibujo hacia abajo (dejando la parte lisa hacia arriba) sobre el marmol y empezamos a decorarlas.
Pondremos un poco de chocolate fundido en el centro de cada galleta con el biberón y cogemos una placa de chocolate, centrandola bien y las uniremos. Una vez hecho esto con todas las galletas, las introducimos en la nevera para que fije el chocolate fundido. Esta vez si las podemos apilar unas con otras si estan bien niveladas.

Ya tenemos nuestras galletitas de mantequilla de corazón de san valentín hechas.
Podemos hacer detalles con unas cuantas galletas dentro de unas bolsitas de celofan con un lacito o bien en cajitas especiales para galletas. Apuesto que será un regalo perfecto para alguien especial o bien para aquellas personas que aunque no sean nuestra pareja queráis demostrarle todo vuestro amor y cariño.

Recordad que estas galletas las podréis hacer con chocolate negro, chocolate con leche o blanco solamente sin colorear, o bien aportandole cualquier otro color a vuestra libre elección.
En la diversidad está el gusto, así que podéis atreveros a innovar de la forma que más o guste en cada momento.
Espero que os guste la receta y que este san valentín sea muy especial para tod@s...porque demostrar amor se puede hacer en cualquier época del año y de formas muy diferentes, nunca olvidemos eso...

Buen provecho!!! y feliz San Valentín...