CROQUETAS DE JAMÓN IBÉRICO






Las croquetas son de los entrantes que más me pierden, no puedo evitar que se me vayan los ojos detrás de un buen plato de croquetas caseras...es superior a mis fuerzas!!! 
Su fama es mundial y para ello se ha adjudicado un día al año para celebrar su existéncia, el día 16 de enero es el "Día de la Croqueta" y pese a ser un producto tipicamente español, se puede saber que su origen es francés pero mucho más popular es en Sicilia o Países Bajos.

En la receta de hoy he puesto mucha ilusión (al igual que en todas las demás) pero he de decir que son "las niñas de mis ojos".
Podéis hacer croquetas de muchos tipos, de pescado, de carne, de verduras, de queso, setas o bien de aprovechamiento, pero de vez en cuando un caprichito de este tipo con un jamón del "Bueno Bueno" se ha de hacer.
Sin demorar más la espera os dejo este recetón, que inspirado en la clásica receta de Alberto Chicote, ha hecho que en mi casa se vivan momentos muy felices cuando las sirvo a la mesa...



INGREDIENTES

Para 20 croquetas aproximadamente (si queréis más cantidad solo tenéis que adecuar las medidas aumentando el peso de todos los ingredientes).

670 ml. de leche entera.
330 ml. de nata (a poder ser de 35.1% materia grasa)
1 hueso de jamón ibérico u otro tipo pero de calidad.
55 gr. de mantequilla.
45 gr. de aceite de oliva virgen extra.
165 gr. de cebolla picada. 
95 gr. de harina de maicena.
100 gr. de jamón ibérico.

Para el rebozado

2 huevos grandes.
Harina de trigo.
Pan rallado.



PREPARACIÓN

En primer lugar pondremos la leche y la nata a hervir con el hueso de jamón durante 20 minutos aprox. a fuego suave, una vez haya pasado este tiempo la retiramos del fuego y la reservamos. 
El hueso de jamón lo limpiamos previamente de cualquier resto de grasa y corteza. Es mejor limpiarlo bien para evitar excesos de grasa y acabe resultando más suave , sino, podéis arriesgaros a que su sabor sea tan intenso que no agrade a todos los paladares.

En una cazuela amplia ponemos la mantequilla con el aceite y calentamos de forma moderada añadiendo la cebolla que habremos picado muy finita (podemos usar la picadora de la batidora para triturarla).
Cuando la cebolla está transparente añadimos el jamón picado en trocitos muy pequeños rehogandolo todo unos minutos, dos o tres aprox.
Una vez rehogado el jamón, añadimos la mezcla de leche y nata reservada (habiendo quitado el hueso de jamón) poco a poco y vamos removiendo con una cuchara de madera para que no se formen grumos de harina. 
Una vez incorporada toda la leche a la cazuela y habiendo obtenido una masa fina y suave, cocinamos unos 10 minutos más removiendo con la cuchara de madera sin parar a fuego moderado vigilando que no se pegue en el fondo. Esta cocción es importante para que la harina se cocine y no tenga sabor a cruda.
Rectificamos de sal, añadimos un poquito de pimienta negra molida y un poco de nuez moscada (seremos muy prudentes porque un sabor excesivo de nuez moscada podría arruinar nuestras croquetas).

Retiramos del fuego y colocamos la masa en un recipiente bajo y ancho cubriendolo con film transparente que deberá de estar en contacto con la masa para no generar una capa en la superfície.
El recipiente lo pondremos dentro de la nevera de un día para otro a poder ser o bien unas horas, lo suficiente hasta que enfríe bien y poder manipular la masa sin problema. 


                      

Hacemos nuestras croquetas untandonos las manos con aceite (para que no se nos pegue la masa en la mano) tomando porciones de masa del tamaño que consideremos adecuado y le daremos forma ovalada de croqueta, también podemos ayudarnos de dos cucharas sin necesidad de tocarlas directamente con las manos.


                   

Pasamos las croquetas por harina (que previamente tendremos en un plato hondo) sacudimos el exceso de esta, las pasamos por huevo batido que también habremos preparado previamente y para finalizar las rebozamos en abudante pan rallado.

En una sartén amplia ponemos aceite de oliva virgen de forma abundante, la cantidad adecuada para cubrir la altura de las croquetas y dejaremos calentar bien. 
Una vez adquirida la temperatura ideal para freir las croquetas, las ponemos dentro del aceite y dejamos dorar dándoles la vuelta con mucho cuidado.
Una vez fritas las dejamos escurrir sobre un plato con papel absorvente para eliminar el exceso de aceite y ya las tendremos listas para servir.

Tenéis la opción de congelarlas, para ello las colocamos en una bandeja de tamaño adecuado que pueda entrar en el congelador, yo utilizo las de cartón para tartas. 
Una vez bien congeladas las podremos guardar en bolsas de congelación u otro tipo de bolsa unas sobre otras para optimizar espacio en el congelador y ya estarán listas para consumir en el momento que deseemos.
No hará falta descongelarlas antes de su uso, se podrían romper al freírlas, directamente las echamos en el aceite bien caliente hasta que estén listas.


                           

Espero que disfrutéis tanto de ellas como yo...ya estoy pensando mi siguiente receta de croquetas y creo que no os voy a decepcionar, más bien a sorprender...

Buen provecho!!!


                           

                           






















No hay comentarios:

Publicar un comentario