PANELLETS DE COCO




De nuevo con otra variedad de panellets para degustar en estas fechas tan señaladas...en la anterior entrada os hice una pequeña introducción de la historia de ellos y no queriendo repetir todo lo argumentado, os propongo a que os deis una vuelta por la publicación de los panellets de piñones y así también podáis valorar hacer unos poquitos de las dos versiones.

Aquí hablaríamos de los mismos orígenes pero añadiendo que en la actualidad se les ha dado una importancia más tradicional y como no, la diversidad de estos e innovación en las mejores cocinas, han echo llegar hasta nuestros paladares sabores muy variados, como por ejemplo los panellets de coco, también están los de chocolate, café, fresa, limón, etc...tantas posibilidades como imaginación le podamos poner en su elaboración.

Yo me decanto por los de coco, ya que me resultan muy finos y me pierdo por su sabor, así que os invito nuevamente a esta experiencia tan gratificante en la cocina, ya que estos panellets se salen fuera de lo normal, no son los típicos de consistencia densa y de coco crujiente por el horneado, que va, todo lo contrario, estos bocaditos son tiernos como podáis imaginar, el coco exterior no va horneado, lo pondremos posterior a su cocinado, manteniendo la frescura, aroma y esponjosidad que le da un toque muy especial...si tenéis curiosidad en como son, podéis probar.

Entráis conmigo en la cocina??



INGREDIENTES

200 gr. de almendra molida.
175 gr. de azúcar blanco (preferiblemente pasado por el molinillo para dejarlo tipo azúcar glas).
125 gr. de boniato asado.
2 yemas de huevo.
1 clara.
Ralladura de 1/2 limón.
50 gr. de coco rallado (para añadir a la masa)
250 gr. coco rallado para rebozar.

Almíbar:
2 cucharadas de azúcar.
2 vasos de agua.

En la cantidad de coco no puedo dar medida exacta, ya que este se añade poco a poco al final de la realización de la masa y se irá probando hasta dejar el punto de sabor deseado. Es muy personal la intensidad de este sabor, por este motivo prefiero que le deis vuestro toque personal.

PREPARACIÓN

Precalentamos el horno a 200ºC y asamos los boniatos con antelación suficiente para que estén fríos y se puedan trabajar. Yo suelo asarlos la noche anterior a realizar los panellets, o bien se pueden hacer a primera hora de la mañana si nos vamos a poner a hacerlos por la tarde, lo importante es que estén fríos para poderlos pelar y hacer un puré con la carne. Reservamos.

En un bol amplio batimos las yemas y la clara de huevo con unas varillas. Seguidamente añadimos el puré de boniato y la ralladura de limón mezclándolo bien, en este caso mejor con una cuchara de palo ya que las fibras del boniato se quedaran enganchadas en las varillas.
Volcar en el bol la almendra molida, el azúcar y seguir mezclando, casi mejor llegado este punto que lo hagamos con la mano porque la masa tendrá una consistencia enganchosa y no trabajaremos bien con la cuchara de madera.

A continuación añadimos un puñado de coco rallado a la masa y continuaremos mezclándolo con las manos, lo probaremos de sabor y si consideramos que su intensidad es baja añadimos un puñadito más de coco y seguimos mezclando. Observaremos que la consistencia se hace más densa y costará de trabajar un poco, pero no os preocupéis, al final quedaran muy tiernos.
Una vez hemos dado el punto de sabor del coco a nuestra masa, tapamos con un film transparente el bol y lo colocamos en la nevera para que enfríe bien la masa.
Aquí también tenemos la opción de preparar la masa el día anterior para que esté completamente fría y sea más agradable a la hora de trabajar, lo dejo a vuestra elección, eso sí, almenos tendrá que estar un par de horas en la nevera.

Precalentamos el horno a 200ºC (sin ventilador) después bajamos a 180ªC para hornear.
Sacamos la masa de la nevera y comenzamos a hacer bolitas del tamaño de una nuez aproximadamente, aunque parezcan pequeñas inicialmente, pensad que despúes engradecen un poco al hornearlas y posteriormente al rebozarlas en el coco, así que recomiendo prudencia.
Si veis que las manos se os quedan con masa enganchada que dificulta la realización de los panellets, id lavándolas de vez en cuando y seguís trabajando.

Una vez hechas las todas las bolitas, las colocamos en una bandeja de horno, que previamente le habremos puesto un papel de hornear y sin engrasar.
Dejamos espacio suficiente entre ellas para que no se enganchen cuando se horneen.
Introducimos la bandeja a media altura en el horno, con calor arriba y abajo entre 12 y 14 minutos.
Siempre recomiendo ser prudente con los tiempos ya que cada horno es un mundo, en este caso se ha de controlar que los panellets estén algo dorados sin pasarnos, ya que si se doran en exceso no quedaran bonitos, lo interesante es que sean unas bolitas blancas al finalizar su total elaboración.

Pasado el tiempo indicado, sacar del horno y quitar la hoja que cubre la bandeja con los panellets y dejarlos enfriar tal cual sobre el mármol de la cocina o bien sobre una rejilla mientras seguimos horneando todos los demás que están pendientes, colocando papel de hornear nuevamente en la bandeja y así sucesivamente.
Una vez templados lo suficiente nos ayudaremos con una espátula y con cuidado los quitaremos del papel de horno.

En un cazo pequeño pondremos dos vasos de agua con dos cucharadas de azúcar, acercamos al fuego y calentamos hasta el punto en que el azúcar esté disuelto, no es preciso que llegue a hervir ni que hagamos un almíbar denso. Retiramos del fuego y ya estará listo.
Este jarabe nos ayudará a humedecer los panellets para que el coco rallado se pueda adherir a ellos sin problema. Dejamos enfriar un poco mientras enfrían también los panellets.

En un recipiente amplio y hondo pondremos el resto del coco rallado e iremos pasando primero los panellets por el jarabe, bañándolos bien, más o menos se han de introducir en él unos 10 segundos aproximadamente, escurrir un poco el jarabe al sacarlos del recipiente y seguidamente los ponemos dentro del bol del coco, ayudándonos de las dos manos, con las cuales iremos cogiendo un puñado de coco y rebozamos como si de nuevo hiciésemos una bola.

Aconsejo no hacer demasiada cantidad a la vez porque si ponemos muchas bolitas dentro del almíbar absorberan mucho líquido, así que mejor hacerlos como máximo con dos o tres a la vez.
Una vez rebozado el panellet lo colocamos en una bandeja limpia y con un poco de coco espolvoreado en la superficie, seguiremos haciendo lo mismo con todos los demás.

Una vez finalizado el proceso de rebozado del coco, los dejamos que sequen un poco el almíbar con el coco y pasado un cuarto de hora o algo más, ya los podremos colocar en una lata especial de galletas o un bol lo suficientemente amplio para que entren todos, forrado previamente con un papel de cocina (de hornear). Podemos espolvorear un poquito más de coco sobre ellos antes de guardarlos.
Cubrimos con film transparente, papel de plata o similar el recipiente donde los hayamos colocado. Es aconsejable guardar dicho recipiente bien cerrado en una bolsa de plástico y atarla para que no les entre aire y no endurezcan, así conseguiremos el efecto contrario, que se vuelvan más blanditos y agradables a la hora de morder.

Espero que os resulte entretenida su elaboración, ya que cuando veáis el resultado será de lo más gratificante y en especial para aquellos que puedan disfrutar de su degustación.

Buen provecho!!!

PANELLETS DE PIÑONES







Los Panellets son un dulce típico de Cataluña, Aragón, Valencia, Islas Baleares y Andorra que tradicionalmente se preparan para el día 1 de noviembre, en la festividad de Todos los Santos o la Castañada.
Al ser un dulce tan energético  (como las castañas y boniatos, también típicos para la misma fecha) resultaban muy útiles en ese día tan señalado ya que gran parte de la población solían hacer vigilia.

Los panellets datan del siglo XVIII cuando se usaban como comida bendecida para compartir después de las celebraciones religiosas.
Se cree que tienen su origen en el norte de Europa, donde a consecuencia del intenso frío se hacía necesario un alimento rico en calorías y así soportar mejor la larga noche de difuntos, pero también hay quien aboga en que su origen reside en la repostería árabe por su composición a base de almendras y por los antecedentes de dicha cultura en este país.

Después de esta introducción por la historia y origen de estos deliciosos dulces, voy a dar paso a su elaboración y a ponernos en marcha...comenzamos!!!



INGREDIENTES

500 gr. de almendra molida.
350 gr. de azúcar blanco (preferiblemente pasado por el molinillo para dejarlo tipo azúcar glas).
250 gr. de boniato asado.
3 yemas de huevo.
1 clara.
Ralladura de 1 limón.
600 gr. de piñones.


PREPARACIÓN

Precalentamos el horno a 200ºC y asamos los boniatos con antelación suficiente para que estén fríos y se puedan trabajar. Yo suelo asarlos la noche anterior a realizar los panellets, o bien se pueden hacer a primera hora de la mañana si nos vamos a poner a hacerlos por la tarde, lo importante es que estén fríos para poderlos pelar y hacer un puré con la carne. Reservamos.

En un bol amplio batimos las yemas y la clara de huevo con unas varillas. Seguidamente añadimos el puré de boniato y la ralladura de limón mezclándolo bien, en este caso mejor con una cuchara de palo ya que las fibras del boniato se quedaran enganchadas en las varillas.
Volcar en el bol la almendra molida, el azúcar y seguir mezclándolo, casi mejor llegado este punto que lo hagamos con la mano porque la masa tendrá una consistencia enganchosa y no trabajaremos bien con la cuchara de madera.

Una vez mezclados todos los ingredientes taparemos con un film transparente el bol y lo colocaremos en la nevera para que enfríe bien la masa y sea algo más manejable.
Aquí también tenemos la opción de preparar la masa el día anterior a su preparación para que esté completamente fría y sea más agradable de trabajar, lo dejo a vuestra elección, eso sí, almenos tendrá que estar un par o tres de horas en la nevera.

Precalentamos el horno a 200ºC (sin ventilador) después bajamos a 180ªC.
Sacamos la masa de la nevera y comenzaremos a hacer bolitas del tamaño de una nuez aproximadamente, aunque parezcan pequeñas inicialmente, pensad que despúes con los piñones engradecen y al hornearlas aún creceran un poquito, así que recomiendo prudencia.

En un recipiente amplio y hondo pondremos los piñones e iremos pasando las bolitas de masa al bol de los piñones para rebozarlos, eso sí, tendremos que ayudarnos de las dos manos cogiendo un puñadito de piñones y ayudaremos a rebozar como si de nuevo hiciésemos una bola. Una vez rebozado el panellet lo colocamos en una bandeja de horno, que previamente le habremos puesto un papel de hornear. Los panellets se colocan en la bandeja sin engrasar.
Dejaremos espacio suficiente entre ellos para que no se peguen cuando se horneen.

Antes de introducir en el horno pincelaremos todos los panellets con yema de huevo y seguidamente introducimos la bandeja a media altura en el horno, con calor arriba y abajo entre 14 y 15 minutos.
Siempre recomiendo ser prudente con los tiempos ya que cada horno es un mundo, en este caso se ha de controlar que los panellets estén algo dorados y que se empiezan a agrietar un poquito, es indicador de que están en su punto.
Si vemos que no están muy dorados podremos darle un punto de color dejándolos 1 o 2 minutos en el hornos con tan solo la posicíon de gratinador o grill (es opcional).

Sacar del horno y quitar la hoja que cubre la bandeja con los panellets y dejarlos tal cual enfriar sobre el mármol de la cocina o bien sobre una rejilla mientras seguimos horneando todos los demás que están pendientes.
Una vez templados lo suficiente nos ayudaremos con una espátula y con cuidado los quitaremos del papel de horno y los depositamos en una lata especial de galletas o un bol lo suficientemente amplio para que entren todos.

Una vez bien fríos todos los panellets, cubriremos con film transparente, papel de plata o similar el recipiente donde los hayamos colocado. Es aconsejable colocar el recipiente cerrado dentro de una bolsa de plástico y atarla para que no les entre aire y no endurezcan, así conseguiremos el efecto contrario, que se vuelvan más blanditos y agradables a la hora de morder.

He de decir que son algo entretenidos pero no ocupan un día entero por suerte y sobretodo la satisfacción de poderlos degustar acompañados de un buen moscatel (yo escojo un buen Pedro Ximenez)  es algo que no tiene precio.
Y para los más atrevidos os invito a hacer los panellets de coco que ahora en breve publicaré, son unos bocaditos tan finos que no puedes parar de comer...quien se anima??

Buen provecho!!!