BIZCOCHO DE MANDARINA



Si nunca habéis mordido una nube para comprobar cual es su ternura, podéis probar con este bizcocho que os traigo hoy...es tierno, jugoso y muy muy esponjoso!!! además de ser original, ya que el toque aromático de la mandarina es muy refrescante...espero que os aventureis con esta receta y la disfruteis...


INGREDIENTES

5 huevos.
250 gr. de azúcar.
2 mandarinas.
100 gr. de aceite suave.
125 gr. de nata líquida para cocinar.
250 gr. de harina (no ha de ser de fuerza).
1 sobre de levadura Royal.
Una pizca de sal.
Ralladura de una mandarina.
Ralladura de una naranja.
Ralladura de medio limón.
Azúcar glas para decorar.


PREPARACIÓN

Precalentamos el horno a 180º, calor arriba y abajo.
Engrasamos un molde con mantequilla y le espolvoreamos un poquito de harina eliminando el exceso con unos golpecitos suaves.

Separamos las yemas de las claras en dos recipientes distintos. Batimos las yemas con las varillas hasta que empiecen a estar espumosas, es entonces cuando le añadimos el azúcar poco a poco hasta integrarlo bien, más o menos unos 5 minutos.
Pelamos las mandarinas y les eliminamos bien todas las partes blancas que le puedan quedar ya que si no lo hacemos pueden amargar y dar mal sabor a nuestro bizcocho. Cortamos los gajos en dados muy pequeñitos y los añadiremos a la mezcla que seguiremos batiendo unos 5 minutos más.
Incorporamos el aceite poco a poco en hilillo y la nata líquida, batiendo otros 2 minutos más.

Tamizar la harina, sino tenemos tamiz se puede hacer con un colador grande. Este paso es muy importante ya que de esta forma oxigenamos la harina y el bizcocho quedará más esponjoso.
Añadimos la harina tamizada a la mezcla anterior, la levadura Royal y las ralladuras de cítricos, mezclamos hasta integrar bien todos los ingredientes con una cuchara de madera con movimientos envolventes y reservamos.

Cogemos el recipiente de las claras y le añadimos una pizca de sal, las batimos con las varillas hasta que estén bien subidas, a mi me gusta hacerlas hasta que su densidad es extrema, ya que de esta forma la mezcla quedará más esponjosa.
Añadimos las claras a punto de nieve poco a poco a la mezcla reservada y mezclaremos muy suavemente con movimientos envolventes con la cuchara de madera.
Es indispensable hacer estos dos últimos pasos con la cuchara y no con las varillas, ya que las claras se podrían bajar y la masa perdería volumen.

Vertemos la masa en el molde y daremos unos golpecitos al mismo para que asiente bien la masa.
Introducimos el molde a media altura del horno y lo dejaremos cocer 30 minutos a 180º, pasado este espacio de tiempo reduciremos la temperatura a 170º y hornearemos 10 minutos más, seguidamente sacaremos nuestro bizcocho del horno.
Dejamos enfriar el bizcocho dentro del molde unos 10 minutos, lo desmoldamos y colocamos en una rejilla para que enfríe bien.
Una vez se ha enfriado lo disponemos en una bandeja adecuada y lo espolvoreamos con azúcar glas.

Esta receta es muy sencilla de hacer para el resultado que obtenemos, es un bizcocho tierno y esponjoso hasta el extremo, si no me creéis solo tenéis que comprobarlo por vosotros mismos...ánimo y a cocinar, que es una satisfacción maravillosa...

Buen provecho!!!